El Ford GT40 es uno de los modelos claves en la historia de las 24 Horas de Le Mans, en la historia de Ford y hasta en la historia de Ferrari, uno de esos ejemplos de que la rivalidad entre dos marcas, dos países y hasta dos continentes puede espolear a los ingenieros y diseñadores para llevar a cabo las creaciones más sublimes.
Para poner el vehículo en contexto, simplemente diremos que el Ford GT40 nació como un anti-Ferrari. Y es que, cuenta la leyenda, Ford había intentado comprar Ferrari en 1963. Finalmente, la operación no fructificó, y Henri Ford II decidió castigar a la italiana donde más podía dolerle: en competición.
Así fue como se creó el soberbio Ford GT40, un automóvil creado para la competición que ganó en las 24 Horas de Le Mans durante cuatro años consecutivos (de 1966 a 1969), con pilotos como el neozelandés Bruce McLaren o el belga Jacky Icks a sus mandos y que rompió, así, la racha de seis victorias consecutivas de Ferrari, elevando además enormemente el nivel tecnológico y prestacional de los coches de las carreras de resistencia, los cuales comenzaron a alejarse de los automóviles de calle para empezar a convertirse en prototipos de competición.
La historia de este singular Ford GT40 Mk I
El Ford GT40 que ves en las fotos que ilustran esta noticia no es “uno más”, sino que se trata del vehículo que escenificó de forma más mediática la “venganza” de Ford frente a Ferrari, ya que esta unidad se exhibió por primera vez en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1967, una edición especialmente exitosa en la que se superó por primera vez el medio millón de visitantes.
Acabado el salón, el hoy mítico deportivo norteamericano disfrutó de una segunda vida como coche de prensa para que los periodistas británicos lo probaran y pudieran relatar sus impresiones e inmortalizarlo en sus publicaciones.
Tras este periodo “exhibicionista” (en el cual repitió presencia en Ginebra en 1969), el Ford GT40 con número de chasis P/1069 fue vendido en 1971 a Lord Anthony Bamford, un coleccionista británico que lo pintó de amarillo. A mediados de los 70 fue parcialmente restaurado por John Etheridge, reputado especialista en esta saga de vehículos, antes de pasar a manos de Roger Hedge, quien lo retuvo hasta 2007, momento en el que nuestro Ford GT40 pasó a manos del suizo Conrad Ulrich, quien decidió darle una nueva vida en el hábitat para el que había sido creado, las carreras de resistencia.
Así que este Ford GT40 ha participado en competiciones de clásicos e incluso tuvo su minuto de gloria en el Goodwood Revival de 2007. Y a todo esto, en algún momento volvió a su combinación de colores original, Opalescent Silver Blue, fue restaurado por Gelscoe, y ahora busca nuevo dueño.
Este Ford GT40 Mk1 está a la venta
Así que en el aparentemente inmaculado estado que puedes ver en las fotos, este Ford GT40 Mk1 se encuentra actualmente a la venta en Londres a través del prestigioso compraventa Fiskens. Se desconoce su precio, pero podemos asegurarte que no será barato.
A pesar de que se fabricaron poco más de 100 unidades y unas cuantas de ellas no están ya entre nosotros, unos cuantos Ford GT40 han cambiado bastante de manos en los últimos años, y sus cifras son de las que quitan el hipo. En 2018, RM Shoteby’s adjudicó un Ford GT40 MkII en Monterrey (California) a un acaudalado nuevo propietario que pagó 9.795.000 dólares por él (9.252.000 euros, al cambio actual). Un año más tarde, en el mismo evento, un Ford GT40 roadster prototipo fue vendido por 7.650.000 dólares (unos 7.224.000 euros). Así que entendemos que será difícil hacerse con este purasangre por menos de cinco o seis millones de euros. ¿Te animas?
