Pasar la ITV cada año es uno de esos trámites que, inevitablemente, hay que realizar si queremos conducir un vehículo en España. Se trata de una prueba de supervisión muy estricta que examina detenidamente los sistemas y mecanismos vitales de tu coche para asegurar que cumpla con los estándares de seguridad de la autoridad competente. Si el vehículo deja de satisfacer estos estándares, el propietario tendrá que rehacer una reparación antes de realizar el siguiente examen.
A veces es posible que hayas recibido una pequeña falta leve por algo que no consideras esencial para la seguridad en la carretera. En este artículo daremos un repaso exhaustivo a todo lo que necesitas saber para asegurarte de pasar la ITV con suficientemente alto.
1¿Qué es una falta leve?
Una falta leve es toda anomalía detectada durante la ITV que no suponga ninguna amenaza para la seguridad en la carretera. Por ejemplo, una lámpara rota o un mecanismo específico fuera de servicio puede ser considerado como una falta leve. Estas anormalidades no deberían destruir la homologación de tu coche, lo que significa que el propietario debe corregir estas anomalías antes de que el vehículo sea sometido a un nuevo examen de la ITV.
Después de que la autoridad competente haya detectado algunas faltas leves en tu coche, tendrás 30 días para solucionarlas antes de realizar nuevamente el examen. Esta es una ley establecida por la normativa vigente para la iteración de la ITV. Los mecánicos tendrán acceso a una lista de faltas leves escritas por los inspectores; sin embargo, como propietario tendrás que asegurarte de que esas anomalías se hayan reparado correctamente antes de volver a presentar el coche a la prueba.