Este Audi Q3 Sportback 35 TFSI no es el más rápido, no es barato ni resulta especialmente económico en el día a día, pero por el contrario tampoco tiene grandes flaquezas. Se trata de un vehículo capaz de desenvolverse con soltura en el tráfico urbano, capaz de ofrecer buenas sensaciones al volante, un confort destacable y una buena autonomía para realizar largos viajes despreocupadamente, cosas que damos por hechas a día de hoy pero que, con el apagón térmico, echaremos de menos… o al menos, las echaremos de menos como conjunto.
Lanzado a finales de 2019, el Audi Q3 Sportback desdobla la oferta de la segunda generación del Q3, ofreciendo un formato de carrocería de aspecto más deportivo sin renunciar a la practicidad de las cuatro puertas laterales y el portón trasero; todo ello con un sobreprecio que en nuestro caso se queda en 800 euros.
Audi Q3 Sportback 35 TFSI: Una versión de acceso que no lo es tanto
La actual gama del Audi Q3 Sportback cuenta con una oferta mecánica compuesta por cuatro motores de gasolina, dos diésel y un híbrido enchufable con motor de gasolina, con niveles de potencia que van de los 150 a los 400 CV. Este 35 TFSI es el menos potente de entre los de gasolina. Se trata de un 1.5 de cuatro cilindros sobrealimentado por turbocompresor que entrega 150 CV y 250 Nm. Es un motor agradable que responde bien a bajo y medio régimen (como corresponde a su arquitectura de carrera larga), a pesar de su contenida cilindrada. Pero lo mejor de todo es que logra unos consumos bastante razonables.
En nuestro caso, va acoplado a una caja de cambios automática de embragues alternos y siete velocidades, si bien se encuentra también disponible con cambio manual. Eso sí: la tracción es siempre a las ruedas delanteras. Si quieres un Audi Q3 Sportback quattro, deberás decantarte por el diésel o subir de gama hasta el 40 TFSI, con motor de dos litros y 190 CV.
Dicho esto, el motor 1.5 es más que suficiente para todo tipo de uso, ofrece unas prestaciones razonables incluso con el vehículo cargado, y supone en torno a un litro y medio de ahorro respecto al 40 TFSI. En un uso normal, resulta sencillo moverse en el entorno de los ocho litros a los 100 km, aunque si te mueves asiduamente por entornos urbanos, esta cifra acabará subiendo.
Y si el motor es muy recomendable, con el cambio automático no lo tenemos tan claro. De entrada, sí; la caja de doble embrague hace la conducción claramente más cómoda en el día a día, no tiene una gran repercusión en los consumos (ni para bien, ni para mal), pero obliga a desembolsar 2.390 euros extra, así que hay que pensárselo. En general funciona muy bien, pero en determinadas maniobras a muy baja velocidad (por ejemplo, aparcando en una cuesta, en un hueco pequeño) no es todo lo suave y progresiva que cabría esperar.
Por lo demás, la dirección muestra una precisión y un tacto ejemplares (especialmente con las ruedas opcionales de 20” montadas por esta unidad), los frenos ofrecen buen mordiente y un gran rendimiento, y las suspensiones deportivas contienen bien las inclinaciones de la carrocería sin resultar incómodas.
La vida a bordo del Audi Q3 Sportback 35 TFSI
Con o sin cambio automático, el Audi Q3 Sportback 35 TFSI nos convence, como ya hemos apuntado, por su enorme versatilidad, y parte de esa practicidad viene de un interior bien planteado. Es cierto que la línea de techo descendente roba algo de espacio al espacio disponible en altura en las plazas traseras con respecto al Q3 normal, pero aun así, un adulto de algo más de 1,80 metros puede viajar sin problemas atrás.
A mayores, el respaldo trasero puede regularse en inclinación, y la banqueta trasera va montada sobre guías longitudinales por si necesitamos ampliar el maletero. Éste, con 530 litros, resulta bastante amplio, y tan sólo si nos vemos obligados a ocupar el espacio hasta el techo perderemos algo de capacidad respecto al Audi Q3 convencional.
Por lo demás, el puesto de conducción está bien resuelto, es cómodo, funcional y ofrece un impecable aspecto, especialmente con la pantalla de la instrumentación digital de 12,3” y el acabado Black Line, que aporta algunos elementos extra respecto al S Line.
Así que no hay ninguna razón de peso para dejar de recomendar este Audi Q3 Sportback 35 TFSI, si bien ahora viene la pregunta del millón: ¿Merece la pena pagar los 53.000 euros que cuesta esta versión Black Line con cambio S tronic?
Desde nuestro punto de vista, por ese mismo dinero (incluso algo menos) puedes hacerte con un 40 TFSI quattro S tronic en Acabado Advance, con un motor netamente más brillante y tracción total, que te permitirá salir del asfalto y darle una nueva dimensión al vehículo. Tendrás que renunciar al aspecto “pintón” del Black Line, pero a cambio contarás con el confort extra que aportan las llantas de 18” y la mencionada versatilidad de la tracción total.
Dicho esto, cualquier versión del Audi Q3 Sportback puede ser plenamente satisfactoria, y cuando lo aparcamos y observamos su etiqueta “C” en el parabrisas no podemos dejar de pensar en el escaso recorrido que le queda a los motores térmicos en el mercado europeo y en lo que vamos a echar de menos vehículos como éste.