El caso de Peugeot es atípico, ya que su fabricante comenzó su actividad como fundición mucho antes de que se inventara el automóvil. Desde aproximadamente 1880 comenzó a fabricar bicicletas, mientras que su primer automóvil data de 1889. En la actualidad, Peugeot es una de las marcas más importantes del grupo Stellantis.
Y es que la historia de Peugeot es de todo menos convencional. Comenzó su andadura antes incluso del nacimiento del automóvil y, a pesar de haber vivido momentos difíciles en varias ocasiones, hoy es la marca abanderada europea del grupo Stellantis, cuarto productor mundial de automóviles.
La historia de Peugeot, en España
No cabe duda de que Peugeot es uno de los fabricantes más arraigados en España. En 1977, la fábrica de Citroën en Vigo comenzó a ensamblar la berlina 504, y trajo consigo una importante modernización para la cadena de montaje de la planta gallega, así como su ampliación con dos nuevas naves, dedicadas a ensamblaje y pintura. En los cuatro años que estuvo en producción, salieron de Vigo 53.323 unidades de esta señorial berlina diseñada por Pininfarina.
Al Peugeot 504 le seguiría, en Vigo, el 505, ensamblado en la planta gallega durante nada menos que siete años, en los cuales su producción alcanzó las 146.000 unidades. Partner, Rifter y 2008 también saldrían de Vigo, pero el verdadero hito nacional de Peugeot es el 205, producido en la fábrica de Villaverde (Madrid) durante nada menos que 17 años.
El 205 no sólo fue crucial para la industria española, sino para Peugeot como marca, ya que supuso un antes y un después tanto en volumen como en la percepción que los potenciales compradores tenían de la firma francesa, asociada hasta entonces a coches grandes, serios, robustos y tranquilos, coches para trasladar presidentes, como el majestuoso 604 usado por Valéry Giscard d’Estaing o el 607 en el que se movieron Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy, si bien la tradición de motorizar a los presidentes franceses comenzó en la década de los años 20 del pasado siglo con el hoy vetusto y entonces tecnológicamente sublime Type 156 que empleó Alexandre Millerand.
En los felices 20, Peugeot era uno de los fabricantes más reputados y experimentados del continente. No en vano, había comenzado muy pronto en esto de la producción de automóviles, con un primer triciclo de vapor fabricado en 1886, sólo un año después del Motorwagen de Karl Benz. Aquella hazaña fue relativamente sencilla para Peugeot, que ya entonces poseía una reputada maestría mecánica como fabricante de bicicletas y tres cuartos de siglo de experiencia con todo tipo de productos de forja; desde los hoy afamados molinillos hasta los miriñaques que servían de ‘chasis’ a los vestidos de las damas de principios del siglo XIX.
Peugeot: El difícil reto de combinar dinamismo y eficiencia
Como todas las marcas europeas, Peugeot afronta el reto del apagón térmico del automóvil manteniendo el difícil equilibrio de ofrecer productos que sean a la vez prácticos y razonablemente asequibles. En su caso, además, ha de ser fiel a otros valores.
Cada marca del grupo Stellantis tiene su perfil, pero si hay una que está llamada a llevar la voz cantante, ésa es Peugeot. Su declaración de intenciones para los próximos años se escenifica en el Inception Concept, presentado en la pasada edición del CES Las Vegas, la feria de electrónica de consumo que ha acabado por convertirse en el escaparate de todas las nuevas tecnologías relacionadas con el mundo del motor.
Con el sugerente nombre de Inception (origen), se trata de un prototipo futurista que muestra por dónde irán los tiros en los futuros modelos de gama alta de Peugeot. De entrada, su carrocería es la de una berlina de representación, alejándose del concepto SUV que, debido a la búsqueda de la máxima eficiencia posible, podría tener los días contados. Así, mide 5,00 metros de longitud, con una altura de sólo 1,34 metros, unas proporciones cruciales para lograr reducir la resistencia a la penetración aerodinámica y conseguir un consumo medio de solamente 12,5 kWh/100 km, clave para lograr una autonomía de 800 kilómetros con una batería de 100 kWh.
Pero la eficiencia no es el único objetivo. Peugeot atesora un glorioso pasado en el campeonato del mundo de rallys (cuatro títulos como fabricante), en el de resistencia (tres títulos), en el Dakar (siete victorias absolutas), en Pikes Peak y en varios campeonatos de turismos, todo lo cual se refleja en un vehículo con tracción total mediante el uso de dos motores eléctricos capaz de desarrollar 680 CV que le permiten pasar de cero a 100 km/h en menos de tres segundos.
No falta un sistema de recarga rápida a 800 voltios en corriente continua, que debería permitir recuperar buena parte de la autonomía en unos pocos minutos. Y, por supuesto, Peugeot anuncia una dirección by wire y un sistema de conducción autónoma de nivel 4, lo que implica que el vehículo es capaz de dirigirse a su destino sin requerir la atención de su conductor, quien viaja a bordo de un habitáculo confeccionado con materiales reciclados.
La historia de Peugeot en Motor 16
Cuando el 26 de mayo de 1984 probábamos por primera vez el Peugeot 205 GTI, probablemente no éramos conscientes del impacto que este modelo iba a tener entre los compactos deportivos y en la imagen general de Peugeot, que pasaría a convertirse en un fabricante generalista con un claro carácter dinámico.