“La gente debería estar encantada de trabajar en la Formula 1, y si no quieren hacer 24 carreras al año, debería irse”. Quien se va definitivamente es Franz Tost, quien después de 18 años en el Gran Circo vivía su gran premio en Abu Dabi. Uno de los duros, formado en la antigua escuela del automovilismo, ha decidido retirarse antes de que le retiraran. Es su justificación. Y porque quiere dejar paso para que sus sucesores estén listos para el cambio de reglamento de 2026
Austríaco también, ha sido uno de los artífices de la presencia de Red Bull en la Fórmula 1, junto con Helmut Marko, ha vivido toda la experiencia de la marca de bebidas energéticas desde que Dietrich Mateschitz diseñara la estrategia para sus dos equipos. Porque Franz Tost siempre fue el responsable del equipo B, Toro Rosso en el pasado, y AlphaTauri en el presente. La lealtad y la confianza fueron siempre parte del código de magnate austríaco recientemente fallecido. Y porque Franz Tost estuvo a la altura de la responsabilidad encomendada para formar a los pilotos candidatos a pasar por el primer equipo. Dos de ellos han sido campeones del mundo (Vettel y Verstappen) y otros siguen en la parrilla (Sainz, Ricciardo, Gasly).
“Empecé el 8 de noviembre de 2005 en Faenza y éramos 85 personas. No fue tan fácil al principio, pero Dietrich Mateschitz me dijo: ‘Mira, hay dos pilares: primero hay que aprovechar las sinergias con Red Bull Technology y, segundo, educar a los jóvenes pilotos. Luego deben venir a Red Bull Racing, ganar carreras y, si es posible, también campeonatos”. Así recordaba en su última rueda de prensa en Yas Marina el comienzo de su aventura con Red Bull y Toro Rosso. Como también recordaba, un apretón de manos fue suficiente.
Franz Tost se encargó del ‘equipo B’ de Red Bull
El propio Tost siempre supo desde su infancia que se dedicaría al mundo de la competición. Y lo hizo con una devoción y dedicación casi monacal. Creció admirando e idolatrando a Jochen Rindt. El malogrado piloto austríaco era amigo íntimo de correrías de Helmut Marko, quien se formó en la dura escuela de la vida, dispuesto a sacrificar todo por una pasión. Tost creció en la misma academia, algo que siempre ha puesto de manifiesto y ha aplicado a sus pilotos. Por alguna razón, su equipo era la escuela para competir en Red Bull, y el molde debía estar muy bien definido.
Franz Tost también fue piloto y llegó a competir en la Fórmula Ford británica y llego a ser campeón de Austria, aunque a mediados de los ochenta dejó la competición. Tuvo también sus propios equipos en categorías inferiores a la Fórmula 1. Competía prácticamente todos los fines de semana del año. Por ello, un calendario como el actual en la Fórmula 1 le parecen “vacaciones” en comparación.
Tost entró en contacto con Willy Webber a comienzos de los noventa. El entonces manager de Michael Schumacher le pidió que tutelara la carrera de su hermano Ralf. La tarea implicó emigrar a Japón, donde el austríaco conoció la cultura japonesa, una experiencia que luego sería vital para la incorporación de Honda a Toro Rosso tras abandonar el fabricante nipón a McLaren.
El austríaco tenía dedicación total a su trabajo
Pero no solo sus propios equipos de carreras fueron una escuela crucial para Franz Tost. Con Schumacher entró con BMW -asociado a Williams- en 2000 como responsable de operaciones. Casado y sin hijos, la dedicación del austríaco era total hacia su trabajo. Seguía conociendo las entrañas de un equipo por dentro, además en unos tiempos difíciles ante la difícil relación entre los responsables alemanes y los dueños del equipo.
Con semejante bagaje y perfil estajanovista, Dietrich Mateschitz le llamó en 2005, una vez adquirido el antiguo equipo Minardi. El dueño de Red Bull quería establecer un esquema inédito en la Fórmula 1: dos equipos, uno de formación y uno principal para luchar por los títulos. El primero estaría destinado para poner a prueba a los mejores del Red Bull Junior Team, formados y seleccionados en la pirámide del automovilismo. En la Fórmula 1 les esperaba la última criba.
Por las manos de Tost empezaron Scott Speed y Vintantonio Luizzi, los primeros en llegar. Pero en 2007 un tal Sebastian Vettel sustituyó al americano. Al año siguiente, Vettel lograba la victoria en el Gran Premio de Italia, bajo un gran diluvio. Franz Tost se había encargado que sus dos pilotos no pararan de rodar en todas las sesiones, pasadas por agua. El talento del alemán y la experiencia ganada gracias a la perspicacia de Tost otorgó una victoria que rompió los esquemas del momento. Entre otras razones, porque se trataba de un monoplaza diseñado por Adrian Newey, el gurú técnico de Red Bull que ya empezaba a hacer valer su genio en el seno del grupo.
Franz Tost se encargó de formar a Vettel, Verstappen, Sainz, Alguersuari…
Pero Franz Tost se encontró con un obstáculo inesperado. La sinergia técnica que Dietrich Mateschitz perseguía para sus dos equipos fue frustrada por los rivales. A partir de 2009 ya no fue posible construir piezas a compartir entre Red Bull y Toro Rosso. Cada equipo debía construir su monoplaza prácticamente al completo. Aquí fue donde la capacidad de Franz Tost fue puesta a prueba necesitó poner en pie toda la infraestructura necesaria de la que el equipo de Faenza carecía.
Que Mateschitz mantuviera su confianza durante todos estos años confirmaba hasta qué punto el austríaco rendía. Tost ayudó a formar a Sebastian Vettel, con quien quedó impresionado por su dedicación absoluta. Luego, por la velocidad natural de Max Verstappen. En total, 17 pilotos han pasado por Toro Rosso, ahora bautizado como Alpha Tauri. Entre ellos, Carlos Sainz y Jaime Alguersuari. Tost vivió una segunda victoria en la Fórmula 1. Y gracias, en parte, a que Sainz no pudo adelantar a Pierre Gasly en las últimas vueltas del Gran Premio de Italia de 2020.
El austríaco también fue instrumental en los éxitos de Red Bull con Honda. Porque el fabricante japonés pasó antes por el equipo italiano para redondear las unidades de potencia híbridas que en McLaren empezó a desarrollar con pésimo resultado. El austríaco era consciente del choque cultural entre los responsables del equipo británico y el fabricante japonés, y puso en marcha procesos internos para facilitar la relación con Honda de Red Bull, quienes han ganado juntos tres campeonatos seguidos, tanto de manera oficial como extraoficial.
En Yas Marina disputó su último Gran Premio de Fórmula 1
¿Qué echará de menos Franz Tost después de una vida totalmente dedicada a las carreras y la Formula 1? El ambiente de un fin de semana de carreras. Veré todas las carreras de Fórmula 1, por supuesto. Pero estar en la pista, la presión de hacer una buena carrera, de pensar en la estrategia, de pensar en qué decirles a los pilotos, de estudiar los resultados de los libres. Siempre llevo todas estas listas conmigo y tal vez por la noche, antes de dormir, repito una vez más esto: ¿quién es más rápido y por qué? Todo este tipo de cosas, ¿seguro que las echaré de menos porque me gusta?
En el box de Alpha Tauri de Yas Marina se escribieron muchos mensajes de despedida a Franz Tost. El de Daniel Ricciardo expresaba mejor que ningún otro la personalidad del austríaco: “Franz, espero verte en la playa relajándote en vez de verte corriendo en la playa. Grande, grande, grande, grazie per tutti!!!”
