Por si no lo sabías, la implementación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) ha llevado a varios ayuntamientos a una encrucijada legal que está generando dolores de cabeza y obligándolos a replantearse sus estrategias. Se trata de un caos a pequeña escala que cada cual está viviendo en sus propias carnes de la mejor forma… pero sin librarse de sobresaltos.
Inicialmente, por ejemplo, Madrid se vio afectada por las sentencias judiciales que cuestionaban la legalidad de Madrid Central, llevando al consistorio a modificar sus condiciones y cambiar su nombre a Madrid 360. Aunque la primera sentencia está pendiente de recurso, las ZBE en Madrid experimentaron una transformación forzada con el tiempo.
1El caso de Gijón
Hay que decir que Gijón se enfrenta a una situación muy similar. La alcaldesa Carmen Morillón, sin presentar recurso, aceptó la anulación judicial que declaraba inviable el funcionamiento de las ZBE en la localidad.
Esta decisión supone, prácticamente, la desaparición efectiva de las Zonas de Bajas Emisiones en todo Gijón, alineándose con lo que Morillón anunció en su programa económico. Guste o no, cada cuál decide a su antojo… y la disparidad de criterios ¡está a la orden del día!