La seguridad vial es un tema de suma importancia para todos aquellos que compartimos vías y carreteras. En este sentido, la Dirección General de Tráfico, conocida comúnmente como DGT, se encarga de recordar a los conductores las normativas y procedimientos adecuados para garantizar un tránsito seguro.
Uno de los momentos más críticos al volante es el adelantamiento en carreteras de doble sentido, una maniobra que requiere atención y conocimiento de las reglas específicas para ejecutarla correctamente. Es crucial abordar de manera detenida este tema, no solo para cumplir con la ley, sino para proteger nuestro bienestar y el de los demás usuarios de la carretera.
REGLAS PARA ADELANTAR SEGÚN LA DGT
El acto de adelantar debe ser siempre meditado y realzado con la máxima precaución. Según las normativas vigentes, para realizar un adelantamiento debemos asegurarnos primero de que no venimos a ninguna señal que lo prohíba, como las líneas continuas. En segundo lugar, es imprescindible comprobar que tenemos visibilidad suficiente para realizar la maniobra sin riesgo; esto significa que debemos poder ver con claridad el camino por delante y asegurarnos de que ningún vehículo se aproxima en sentido contrario. Además, antes de adelantar, es necesario señalizar nuestra intención con suficiente antelación, utilizando los intermitentes, para alertar tanto al conductor que vamos a adelantar como a aquellos que nos siguen.
Una vez que estamos seguros de que podemos adelantar, debemos aumentar la velocidad de manera progresiva y realizar la maniobra rápidamente pero sin realizar movimientos bruscos. Es fundamental mantener durante todo el proceso una distancia de seguridad apropiada con respecto al vehículo que vamos a adelantar y también con los que circulan en sentido contrario. Después de adelantar, es tan importante como la maniobra misma, asegurarse de que dejamos atrás el vehículo adelantado con suficiente espacio antes de reincorporarnos a nuestro carril, evitando cortarle el paso o ponerlo en una situación de riesgo.
SEÑALIZACIONES Y LÍMITES DE VELOCIDAD
Es relevante destacar que las señalizaciones en la carretera son herramientas clave que informan al conductor sobre las condiciones para realizar un adelantamiento. De esta manera, es esencial respetar las indicaciones de las señales verticales y las marcas viales, que establecen, entre otros, los tramos donde es posible o está prohibido adelantar. Al respecto, cabe mencionar que las líneas discontinuas en el suelo nos permiten efectuar la maniobra, mientras que las continuas nos indican que no es seguro ni legal realizarla.
Por otro lado, los limites de velocidad establecidos son vitales en el proceso de adelantamiento. Cuando se realiza esta maniobra, no se debe exceder el límite de velocidad máxima permitida en la vía. Sin embargo, la normativa permite sobrepasar en 20 km/h el límite establecido para la carretera en cuestión, únicamente durante la maniobra de adelantamiento y en carreteras de un solo carril por sentido. Con ello se busca facilitar la maniobra y disminuir el tiempo en el carril contrario, siempre velando por la seguridad.
CONDUCTAS RESPONSABLES Y SANCIONES
Al hablar de adelantamientos, es importante no solo centrarse en cómo ejecutar la maniobra, sino también en fomentar conductas responsables al volante. El respeto por las normas de tráfico y la paciencia son esenciales; un adelantamiento no puede ser fruto de la impaciencia o la presión a otros conductores. Es necesario valorar si realmente es necesario adelantar y si las condiciones de seguridad son óptimas, recordando siempre que el riesgo no solo es para uno mismo, sino para todos en la vía.
Un aspecto clave en la realización de maniobras de adelantamiento es la anticipación y previsión del conductor. Aquí entra en juego la habilidad para observar y prever las acciones de otros conductores y usuarios de la vía, tales como ciclistas o peatones. La anticipación se basa en detectar con tiempo suficiente señales que puedan indicar una situación de riesgo inminente, tal como cambios en la velocidad de los vehículos precedentes, maniobras de incorporación o la presencia de elementos en la carretera que puedan provocar reacciones imprevistas.
La previsión, por su parte, implica tener en cuenta posibles escenarios futuros y estar preparado para reaccionar ante ellos. Esto incluye reconocer las zonas donde es común encontrar tráfico lento, como áreas de obras o sectores con un alto volumen de entrada y salida de vehículos. También es recomendable estar atento a las condiciones meteorológicas adversas, que pueden afectar la visibilidad y el agarre de los neumáticos al pavimento, requiriendo una mayor distancia de adelantamiento.
EDUCACIÓN VIAL Y CULTURA DE CONDUCCIÓN
La educación vial desempeña un papel trascendental en la construcción de una cultura de conducción responsable. Desde las autoescuelas hasta las campañas de concienciación, se trabaja para inculcar en los conductores la importancia de respetar las normas y realizar un conducción defensiva. Entender que cada acción al volante puede tener consecuencias no solo para uno mismo, sino también para el resto de quienes transitan las carreteras, es esencial para evitar accidentes.
En materia de adelantamientos, es vital que los conductores sean conscientes del impacto de su comportamiento en la seguridad vial. No se trata solo de conocer la normativa, sino de internalizar prácticas seguras como mantener una velocidad adecuada al entorno de conducción y ser paciente cuando la situación no es propicia para adelantar. Este tipo de formación no solo debe enfocarse en los nuevos conductores, sino que debe ser un aprendizaje continuo para todos.
ROL DE LA TECNOLOGÍA EN LA SEGURIDAD VIAL
En las últimas décadas, la tecnología ha jugado un rol cada vez más importante en el aumento de la seguridad en carreteras. Los sistemas avanzados de asistencia al conductor, conocidos como ADAS (por sus siglas en inglés, Advanced Driver Assistance Systems), incluyen funciones como el control de crucero adaptativo y el sistema de mantenimiento de carril, que pueden ayudar a realizar un adelantamiento de manera más segura y eficiente.
Además, la irrupción de tecnologías de comunicación vehicular como el V2V (Vehicle-to-Vehicle) y V2I (Vehicle-to-Infrastructure) prometen una nueva era en la que los vehículos puedan intercambiar información sobre su estado, su posición y las condiciones de tráfico en tiempo real, permitiendo anticipar y ajustar las maniobras de adelantamiento para maximizar la seguridad vial. Este tipo de integración tecnológica supone una revolución en el modo de interactuar con el entorno al volante y podría ser determinante para reducir el número de accidentes relacionados con adelantamientos incorrectos.
RETO DE LAS NUEVAS FORMAS DE MOVILIDAD
El panorama de la movilidad está cambiando rápidamente con la incorporación de nuevos medios de transporte, como vehículos eléctricos, patinetes eléctricos y bicicletas compartidas. Estos modos de movilidad presentan desafíos adicionales para los conductores a la hora de adelantar, ya que su presencia y comportamiento en las vías pueden diferir del de los vehículos convencionales.
Es fundamental que los conductores se adapten a estas nuevas realidades y sean especialmente cautelosos al adelantar, reconociendo las diferencias en la aceleración y la dinámica de estos vehículos. El respeto por los carriles bici y la necesidad de compartir el espacio vial de forma segura y considerada, son aspectos que se deben integrar en las prácticas habituales de adelantamiento.