La reedición del Mitsubishi Colt ha provocado opiniones enfrentadas. Sí, se trata de un Renault Clio con unos logotipos diferentes; de hecho, durante la semana que ha estado en la redacción, más de una vez nos hemos referido a él por el nombre de su hermano francés, un modelo que nos es más familiar ya que nos ha acompañado de manera ininterrumpida durante más de tres décadas.
Sin embargo, el Colt llevaba ausente del mercado desde hace bastante tiempo; en concreto, desde finales de 2011. Aquella generación, por cierto, también compartía plataforma con otro urbano del que quizá muchos ni se acuerden: el Smart Forfour, que sólo estuvo en producción entre 2004 y 2006. Eso sí, su parentesco no era para nada evidente, pues tenían estilos muy diferenciados.
De regreso al presente, la realidad es que vivimos unos tiempos muy diferentes y Mitsubishi es una marca en pleno ‘renacimiento’ dentro de la estructura de la alianza Renault-Nissan. Y lo cierto es que tanto el Colt como el ASX (un ‘clon’ del Renault Captur) parten de dos excelentes productos de la firma japonesa y, por tanto, no tienen nada que envidiar a la gran mayoría de sus rivales.
Es más, en el caso concreto de la versión que nos ocupa, el Colt con motorización híbrida no enchufable, nos encontramos con que su competencia es tan escasa que, aparte del Clio, sólo Toyota y Mazda ofrecen una alternativa… que, mira por donde también son el mismo coche: Yaris y Mazda2 Hybrid (no confundir con el Mazda2 ‘convencional’, que es un producto 100 % Mazda). Existe otro urbano, aunque su concepto es más cercano al de un monovolumen con toques de SUV, como el Honda Jazz Crosstar.
Así es el Mitsubishi Colt híbrido 2024
Para ajustar al máximo los costes, los cambios respecto al Clio se reducen, básicamente, a reemplazar el rombo de Renault por los tres diamantes de Mitsubishi. La diferencia más evidente está en la trasera, donde el logotipo de Renault albergaba en el centro la cámara de visión posterior y en el Colt se ha optado por usar una pieza un tanto aparatosa y escribir el nombre de la marca con todas las letras.
En el interior la brecha es aún menor y la única forma de diferenciarlos es por el logotipo del volante. El salpicadero conserva un estilo moderno y funcional, con una calidad de acabado notable, amplificada en el caso del acabado de tope de gama Kaiteki+, con detalles tan Premium como el volante calefactable. La ergonomía es ejemplar, con botones físicos para acceder a las funciones más importantes y unos mandos grandes y de fácil manejo para la climatización.
Quizá el aspecto más mejorable está en la pantalla central con orientación vertical, que cuando se utilizan las aplicaciones de navegación (Google Maps, por ejemplo) sólo permite utilizar la mitad superior de la pantalla. No deja de ser un problema menor, pero quien de mucha importancia a este aspecto deberá fijarse en modelos más modernos como, por ejemplo, el Opel Corsa.
Otro punto negativo del Colt es la habitabilidad en las plazas traseras, que está por debajo de la media. No obstante, se debe en gran parte a que hay modelos excepcionalmente buenos en este sentido, como el Dacia Sandero, ya que otros como el mencionado Corsa o el Peugeot 208 también tienen este inconveniente. Más crítico es el asunto del maletero, pues esta versión híbrida se ha de conformar con 254 litros, 86 litros menos que en las versiones de gasolina.
Así va el Mitsubishi Colt híbrido 2024
En la parte dinámica, el Colt no sólo convence, sino que actualmente podemos asegurar que es el mejor utilitario híbrido en relación prestaciones-consumo. No es un coche especialmente rápido en relación a su potencia (143 CV), aunque no se echa en falta respuesta en ningún momento. Además, esta versión Kaiteki+ cuenta con un selector de modos de conducción que permite ajustar dicha respuesta a las necesidades eligiendo entre los tres modos disponibles.
En cuanto al consumo, un Yaris 120H (o Mazda2 Hybrid) pueden gastar menos, pero sus prestaciones también son inferiores. Veremos cuánto se gana en la versión de 132 CV que llegará en breve; sobre el papel, la diferencia no es muy grande. Hablamos de una cifra que se mantiene en torno a 4,2 o 4,3 litros cada 100 kilómetros en conducción normal y que, salvo que hagamos una conducción brusca, no subirá de los 5 litros.
En uso urbano no es nada extraño ver datos por debajo de 4 litros si las condiciones son favorables. El caso es que los 39 litros del depósito de combustible permiten una autonomía de torno a 800 kilómetros, antaño reservada a los modelos diésel (por cierto, aún disponible en el Clio).
El aplomo en todo tipo de vías es otra cualidad común con el modelo francés, que les sitúa en la parte alta del segmento. La calidad de rodadura es perfectamente equiparable a la de un modelo del segmento C, al igual que sucede con la insonorización del habitáculo. Cabe reseñar que este acabado tope de gama viene con unos neumáticos 205/45 montados en llantas de 17 pulgadas, mientras que en el Kaiteki son de 16 pulgadas con gomas 195/55, una medida más lógica para un modelo sin grandes aspiraciones deportivas.
Como vehículo urbano, tiene unas dimensiones propias de los actuales estándares del segmento B (4,05 metros de longitud), con una dirección que se maneja con suficiente suavidad y un cambio que funciona de manera bastante suave. En cuanto a la visibilidad, es sólo correcta, debido a que el pilar A es grueso y la luneta trasera algo pequeña.
Conclusión
El Colt, al igual que el Clio, es uno de los modelos más interesantes del segmento B. Y en el caso de esta versión híbrida, se posiciona como la actual referencia. Bien es cierto que esta tecnología se paga, y el precio parte desde los 27.990 euros en el caso del acabado Kaiteki+. En nuestra opinión, optaríamos por el Kaiteki, que equipa llantas de 16 pulgadas y prescinde de algunos elementos de equipamiento, como el navegador integrado o el volante calefactable; de esta forma nos ahorramos 2.500 euros, con lo que hablamos de un precio en el entorno de los 25.000 euros.
