Los amantes de los coches clásicos entienden el significado especial que lleva consigo este término. En España, un coche clásico es más que un vehículo antiguo; es una pieza de historia sobre ruedas. Aunque no existen reglas administrativas específicas para otorgarle este estatus, generalmente se reserva para vehículos con más de 25 años, que han sido mantenidos con esmero y conservan su estado original. Los propietarios de estos tesoros automovilísticos pueden disfrutar de ciertas ventajas fiscales, como la exención del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales.
Los coches clásicos son más que simples medios de transporte; son símbolos de nostalgia y elegancia. Poseer y mantener uno de estos vehículos es un compromiso que va más allá de la mera funcionalidad. Los propietarios, con orgullo, exhiben sus coches clásicos en eventos y concentraciones, compartiendo su pasión por la ingeniería y el diseño automotriz con otros entusiastas.
1Coches históricos: más allá de la antigüedad
Contrariamente a los coches clásicos, los coches históricos sí están sujetos a requisitos específicos establecidos por la Dirección General de Tráfico (DGT). Estos vehículos deben tener al menos 30 años de antigüedad, y no es solo la edad lo que los distingue. La Dirección General de Tráfico considera que un coche histórico debe formar parte del patrimonio histórico español y estar registrado en el Reglamento de Vehículos Históricos.
La próxima modificación del Reglamento de Vehículos Históricos, que entrará en vigor el próximo año, reafirmará y ajustará los criterios para la clasificación de un coche como histórico. Este tipo de vehículos no debe utilizarse como el coche diario del propietario, sino que se espera que sea una pieza especial y valiosa que se guarda y cuida meticulosamente. Ser reconocido como un coche histórico no solo implica cumplir con requisitos temporales sino también ser parte integral del patrimonio automotriz del país.