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El eterno ‘pique’ entre Carlos Sainz y Nasser Al-Attiyah que calienta el Dakar

“Les doy solo tres días y se van a casa, ya se vio en Marruecos y Aragón después de cien kilómetros». Antes de arrancar el presente Dakar, Nasser Al Attiyah descartó totalmente a Audi para la victoria en la presente edición. Una actitud displicente hacia su gran rival que sorprendía por la falta de diplomacia del qatarí. No era la primera vez.

En la segunda jornada del Dakar, Stephane Peterhansel había logrado la victoria de etapa, y con ella, igualaba el récord de victorias en coche que durante décadas ha ostentado el finlandés Ari Vatanen. Ese mismo día, Carlos Sainz lideraba la prueba. De momento, Al Attiyah se había equivocado, porque al terminar el cuarto día ninguno de los coches alemanes había sufrido percance mecánico de seriedad al margen de los pinchazos que han acribillado a todos los favoritos estos días.

Incluyendo a Attiyah, que el tercer día llegaba con la rueda trasera izquierda a la meta tras pinchar por tercera vez y hacer los últimos 30 kilómetros a pelo para no cambiar y tener que hinchar varias veces sobre la marcha. Y si alguno de los coches punteros tuvo problemas, fueron los Hunter del qatarí y Loeb con la suspensión trasera en la primera y segunda etapa.

Las ‘mentiras’ de Sainz

Precisamente, Al-Attiyah repitió otro sorprendente ataque, esta vez al termino de esa segunda etapa, cuando acusó a Sainz de mentir en su versión sobre lo acontecido en ella. El español se colocaba líder a pesar de pinchar en tres ocasiones. Las rutas pedregosas de las primeras etapas están masacrando a la caravana. Cada coche lleva dos ruedas de repuesto, y cuando se pincha por tercera vez se pueden ir al traste las opciones de victoria ante el tiempo perdido. De aquí la relativa prudencia de todos cuando llegan los pinchazos.

Sainz y Cruz montaron de nuevo una rueda pinchada, pero fueron hinchándola hasta llegar a la meta. La pareja española se colocaba en cabeza, y Al-Attiyah dudó en público de la versión del piloto español. «No es verdad, si hubiera tenido tres pinchazos, seguiría allí. No es verdad, olvídate de eso, sabemos quién tiene un pinchazo y quién no”. En ninguna de las ocasiones Carlos Sainz entró al trapo. En la primera, se limitó a levantar los hombros: “Que diga lo que quiera”, ante los pronósticos del qatarí para su equipo. En la segunda, ni siquiera contestó.

Preparando el terreno para la victoria en el Dakar

Son episodios anecdóticos en el contexto de una carrera de dos semanas, pero sitúan el contexto del duelo en la presente edición, y que recuerdan la naturaleza competitiva de los ‘machos alfa’ del Dakar, y con Sainz y Al Attiyah como, no únicos, pero sí grandes favoritos. Cada uno en unas particulares circunstancias.

Tanto el catarí como el español han sido los rivales más enconados desde que coincidieron en el Dakar en 2009. Siempre han defendido en público sus respectivas posturas tanto en el terreno deportivo como reglamentario. Sin olvidar el duelo deportivo en las pistas.

Cuando Al Attiyah infravaloraba a Audi, lo hacía para meter el dedo en la llaga de su fiabilidad ante el incremento de potencia que han recibían los coches alemanes en esta edición por parte de la FIA. También cuestionó una decisión semejante en las redes sociales en la pasada edición, lo que casi le cuesta una sanción por parte de la FIA antes de arrancar la prueba. Era una forma de anticiparse: “si perdemos, es por la FIA”.

Sainz también fue igualmente incisivo en defender la inferioridad de potencia del RS Q e-tron desde su llegada al Dakar, lo que cuestionó en su día Al Attiyah. Cuando uno opinaba, el otro contestaba, y viceversa.

Desde 2009, el cruce de declaraciones entre ambos es frecuente. En 2021, incluso con polémica en las redes sociales, cuando el español denunciaba una maniobra de su rival al cortar el recorrido, que era contestada inmediatamente por el catarí con otro mensaje mostrando una maniobra del español similar en una edición precedente de la Baja Aragón.

En realidad, las escaramuzas de Al Attiyah han buscado, aparentemente, meter presión a sus rivales, especialmente a Carlos Sainz, a quien suele considerar su rival más directo. Debutante con el equipo BRX, este año el catarí no las tiene todas consigo como en las últimas ediciones con Toyota y una máquina extremadamente fiable y competitiva. Al término de la tercera etapa reconocía que todavía no había alcanzado el límite de su nuevo Hunter, y hasta ahora no ha mostrado por ahora la misma superioridad que en el pasado.

Nasser Al Attiyah seguía preparando el terreno al comenzar este Dakar cuando anunciaba que ayudaría a Sebastian Loeb si el qatarí se quedara sin opciones. Obviamente, no daba puntada sin hilo, porque era una manera de pedir públicamente de antemano la ayuda del francés, un nueve veces campeón del mundo de rallies, que ha terminado segundo por detrás de Al Attiyah en las dos pasadas ediciones. Porque no las tiene todas consigo si, como pronosticaba antes del Dakar, los Audi no sucumben a los problemas de fiabilidad que han mostrado en las últimas ediciones y en el Campeonato del Mundo de 2023. De momento, no ha sido el caso.

Meter presión al rival

Al Attiyah ha presumido de ser el único piloto de entre los Toyota, por no hablar de sus rivales, que no sufría problemas por su capacidad para gestionar las trampas del terreno y el recorrido. No parece el caso hasta el momento en 2024, y quizás de aquí su necesidad de meter presión a sus rivales, especialmente Carlos Sainz.

Tan pronto Al Attiyah llegó al Extreme E en la segunda temporada, su primer encontronazo en una manga fue con el piloto español, destrozando la montura de Sainz. Aquel episodio dio la oportunidad al español de dar pistas sobre el concepto de su rival, con quien mantiene una relación ambivalente de respeto y ‘guantazos’ cuando se tercia.

“Con Nasser, desde 2009, cuando él iba en Mini y yo en Volkswagen, y luego juntos en aquí, hay anécdotas de que es un personaje que ahora no voy a… Es un tío muy simpático y todos le conocéis, pero que al competir hace lo que haga falta para ganar. Dicho esto, ya habéis visto en la Extreme E que le da igual que sea yo o que sea (Johan) Kristofferson, atiza al que lleva al lado y punto y se acabó… y luego se monta la película que quiere contar. Fuera del coche me río mucho con él, aparte que es un buen deportista. Pero le falla eso, se pone el casco y se le va un poco la olla».

Desde Audi se sigue insistiendo que esta será la última edición de su actual proyecto: ganar el Dakar con una montura propulsada por energía eléctrica. Un hito en el automovilismo deportivo y la industria del automóvil. Y nada sería más satisfactorio para Carlos Sainz, máxime si es el español quien lograra un éxito de semejante calibre, además de su cuarta victoria en el Dakar. Al terminar la quinta etapa, un minuto y medio separaban a Al-Attiyah y Sainz, segundo y tercero respectivamente. Lo mejor del Dakar está por llegar.