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3 trucos para pasar la prueba de humos en la ITV a la primera

La Inspección Técnica de Vehículos, más conocida como ITV, representa para muchos conductores un momento de tensión ante la posibilidad de no superarla con éxito. Entre los diversos controles que se realizan, la prueba de humos se erige como uno de los más relevantes, dado que evalúa la cantidad de gases contaminantes que emite nuestro motor, cuestión crítica tanto para el medio ambiente como para la mecánica del vehículo. Ante la proximidad de esta cita, es fundamental conocer algunos trucos para maximizar las oportunidades de pasarla sin contratiempos, entendiendo las razones técnicas que hay detrás y comprometiéndonos con el cuidado del vehículo.

En este artículo, proporcionaremos tres claves que pueden marcar la diferencia al enfrentar este escrutinio, y que cualquier conductor puede aplicar con antelación para presentarse a la ITV con la mayor confianza posible.

CALIBRADO Y EN FORMA: CUIDADOS PREVIOS AL EXAMEN

CALIBRADO Y EN FORMA: CUIDADOS PREVIOS AL EXAMEN

Un vehículo bien mantenido es un candidato ideal para superar la prueba de humos con éxito. Por ello, el primer truco para pasar la prueba de humos en la ITV reside en la mantenimiento regular del motor, una práctica que no sólo servirá para este propósito, sino que nos garantizará un correcto funcionamiento y rendimiento del automóvil. Es importante verificar el estado de elementos críticos como el filtro de aire, pues un filtro sucio puede causar un exceso de partículas en los gases de salida y, por ende, desencadenar un fallo en la prueba.

Del mismo modo, el aceite del motor debe estar en buen estado y ser el adecuado según las especificaciones del vehículo. Una viscosidad incorrecta o un nivel de lubricante inapropiado puede influir en la combustión y generar humos excesivos.

Asimismo, se recomienda realizar una revisión del sistema de inyección y de la bomba de combustible. Estos componentes son esenciales para una mezcla óptima de aire y combustible, lo cual se refleja directamente en la calidad de los gases emitidos. Si se detectan irregularidades en la inyección o la bomba de combustible, es vital acudir a un especialista para su reparación o ajuste. Por último, es beneficioso emplear aditivos limpiadores del sistema de combustión, ya que pueden ayudar a eliminar residuos acumulados que perjudiquen la eficiencia del motor y resulten en un resultado desfavorable en la prueba de humos.

CONOCER Y PREVENIR: ENTENDIENDO LOS GASES DE TU COCHE SEGÚN LA ITV

Un conocimiento detallado de los tipos de gases que emite nuestro vehículo y de cómo se miden puede ser extremadamente útil. En segundo lugar, comprender qué tipo de gases son examinados en la ITV y sus valores límite permitidos es esencial para evitar sorpresas durante la inspección. Los gases principales que se miden son el monóxido de carbono (CO) y los hidrocarburos (HC), así como los óxidos de nitrógeno (NOx) y el dióxido de carbono (CO2) en algunos casos. Estas mediciones pueden variar dependiendo de si el vehículo usa gasolina o diésel, y los límites permitidos pueden ser diferentes dependiendo del año de matriculación del coche y de la normativa medioambiental vigente.

Para los conductores de coches diésel, es importante conocer el estado del filtro de partículas diésel (DPF), si lo hubiere, ya que su saturación o mal funcionamiento podría derivar en una alta emisión de partículas, un punto crítico durante la prueba. Además, se aconseja llevar a cabo un uso intensivo del vehículo antes de la inspección, lo que conlleva conducir a revoluciones más altas de lo usual para incrementar la temperatura del motor y facilitar la quema de partículas y otros residuos acumulados. Esto se conoce comúnmente como «hacer un buen calentamiento del motor» antes de la ITV, lo cual ayuda a que el sistema de escape esté limpio y los niveles de emisión sean óptimos.

EN PRÁCTICA: EL DÍA DE LA PRUEBA

EN PRÁCTICA: EL DÍA DE LA PRUEBA

Finalmente, llega el día de la verdad. Para afrontar la inspección con garantías, hay ciertos aspectos prácticos a tener en cuenta. En primer lugar, asegúrate de que el motor esté caliente y en su temperatura óptima de funcionamiento cuando llegues a la ITV. Esto se consigue circulando con el coche unos minutos antes de la prueba. No se recomienda llegar con el motor frío, ya que esto puede afectar a los resultados de las mediciones de gases.

Otro consejo práctico es hacer una verificación visual y asegurarse de que no haya fugas visibles en el sistema de escape, ya que esto podría alterar los resultados de la prueba de humos. Por último, durante la propia prueba, sigue con atención las indicaciones de los técnicos. Una aceleración incorrecta o no adecuada al tipo de prueba puede dar lugar a mediciones erróneas. Algunos centros de ITV permiten presenciar la prueba de humos, lo que puede ser útil para asegurarte de que se realiza correctamente y preguntar sobre cualquier duda que tengas al momento.

MATERIALES E INDICADORES: ELIGE CALIDAD Y CONTROLA

El combustible que utilizamos en nuestro vehículo no solo afecta su rendimiento, sino también la pureza de las emisiones. Un truco que no todos consideran es la utilización de combustibles de alta calidad o premium. Estas opciones, en ocasiones más costosas, suelen contener una mayor cantidad de aditivos detergentes que ayudan a mantener limpio el sistema de inyección y pueden conllevar una combustión más completa. Por ende, disminuyen la probabilidad de generar humos excesivos que pudiesen influir negativamente en la medición de gases durante la ITV.

Por otro lado, es fundamental prestar atención a los indicadores del vehículo. El testigo de revisión del motor, conocido comúnmente como «check engine», si está encendido, puede ser un clamoroso aviso de que algo no está bien en nuestro sistema de emisión de gases. Ignorar este aviso puede culminar en un resultado negativo en la inspección. Por tanto, antes de dirigirse a la ITV, se recomienda escanear el sistema a bordo mediante un lector OBD-II para diagnosticar y corregir cualquier anomalía que podría causar niveles altos de emisión.

TECNOLOGÍAS Y ACTUALIZACIONES: INVERSIÓN A FUTURO

TECNOLOGÍAS Y ACTUALIZACIONES: INVERSIÓN A FUTURO

En el mundo automotriz, las innovaciones son constantes y las mejoras en los sistemas de control de emisiones son un claro ejemplo de ello. El desarrollo de tecnologías como los sistemas Start-Stop, que apagan y encienden el motor en detenciones temporales para reducir el consumo de combustible y las emisiones, o los sistemas EGR (Exhaust Gas Recirculation), que recirculan parte de los gases de escape de vuelta al motor para una nueva combustión, son avances significativos en la reducción de emisiones contaminantes.

Incluso si no tenemos un vehículo de última generación, existen kits de actualización y dispositivos que pueden ser instalados en ciertos modelos para mejorar su perfil medioambiental. Es importante tener esto en cuenta, ya que una inversión en este sentido puede traducirse en un paso adelante para cumplir con las normativas de emisión cada vez más estrictas.

UN ESTILO VERDE: CONDUCCIÓN Y MEDIO AMBIENTE

Finalmente, no se puede obviar que nuestro estilo de conducción influye significativamente en la cantidad y calidad de los gases emitidos. Abogar por una conducción eficiente y responsable no solo contribuye a pasar la prueba de humos, sino también a preservar el medio ambiente en el día a día. Evitar cambios de velocidad bruscos, aceleraciones innecesarias y mantener una velocidad constante y moderada son hábitos que no solo reducen el desgaste del vehículo, sino que también minimizan la producción de gases nocivos. Además, es recomendable revisar periódicamente la presión de los neumáticos, ya que unos neumáticos desinflados incrementan la resistencia al rodaje y, por consiguiente, el consumo de combustible y las emisiones de CO2.

Este conocimiento y concienciación sobre todos los aspectos que rodean la prueba de humos y la emisión de gases en vehículos proporcionan una visión holística que, sin duda, prepara al conductor de manera integral para superar la ITV. Adicionalmente, estas prácticas promueven una responsabilidad ambiental que trasciende el mero hecho de cumplir con una normativa, afianzando un compromiso con la salud y el bienestar de nuestra sociedad y del planeta. Con la constante evolución de las tecnologías y la creciente conciencia ecológica, es indispensable mantenerse actualizado y aplicar estas medidas no solo de cara a la inspección, sino como parte de una cultura de cuidado y respeto por nuestro entorno.