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La doble victoria que no logró Nasser Al Attiyah frente a Sainz en el Dakar

«Si miras el historial de Toyota, todos los coches han tenido un problema, menos el mío, porque el Dakar tiene sus trucos, y todos los coches son iguales. En Toyota
tuvimos más de quince coches en cada edición y todos tuvieron contratiempos, excepto el mío. Es mi secreto y no puedo decírtelo”. Nasser Al Attiyah, al comenzar la presente edición del Dakar,
ahora con Prodrive.

«¿Audi? Les doy solo tres días y se van a casa, ya se vio en Marruecos y Aragón después de cien kilómetros». El mismo Attiyah ante las perspectivas del fabricante alemán para el Dakar, tras cuestionar el incremento de potencia que la FIA otorgaba a las monturas del fabricante alemán.

«Lo siento, no quiero volver a subirme a este coche. Ya he tomado una decisión, sólo vine a dar las gracias (al equipo) y me voy a casa esta noche. Este año, para el Dakar, aprendí algo en mi vida, esto nunca volverá a suceder». El mismo Al Attiyah, cuando sufría una nueva avería mecánica en el primer kilómetro de la novena etapa. El día anterior había roto el motor, y en la sexta se había quedado sin opciones tras problemas con la suspensión delantera y la dirección.

ATTIYAH 3 Motor16

“Ayudaré a Loeb”, palabras de Al Attiyah

Cuando en la doble jornada de 48 horas el qatarí supo que había perdido la carrera, se descolgó con una declaración de intenciones. “Seguiremos y veremos qué podemos hacer. La idea es ayudar a Seb [Loeb] a ganar el Dakar. Haré todo lo posible para que suceda”. Sin embargo, el francés afrontó solo las tres últimas etapas, dos de ellas decisivas, como se pudo comprobar ya el miércoles con la primera. Loeb no tuvo a su compañero como escolta y apoyo, a diferencia de Sainz y sus compañeros de Audi.

Con cinco victorias en el Dakar, las dos últimas contundentes, el qatarí se ha encontrado en una situación desconocida para él. En las últimas jornadas no podía disimular su descontento. Sobre todo, su desconfianza hacia Prodrive y el proyecto con Dacia que arranca este año con el propio Al Attiyah y Loeb.

Si el qatarí sigue a bordo después de esta primera experiencia, a juzgar por las insinuaciones que dejaba caer al anunciar su despedida voluntaria. Porque pudo haber seguido en carrera al contar con un “wild car” que le permitía reincorporarse a la prueba a pesar de la última avería.

“Es duro para mi corazón”, comentaba Al Attiyah

«Estoy realmente decepcionado. Todos los días tengo un problema y es muy duro para mi corazón. Si no soy Nasser Al-Attiyah lo aceptaré, pero soy uno de los mejores pilotos del Dakar, y esto es lo que me espera en este Dakar. Ya veremos. Decidí venir a darle las gracias (al equipo) y me iré a casa esta noche. Tomaré mi decisión ahora sobre lo que sigue en mi vida”.

Al Attiyah no estaba acostumbrado a la experiencia vivida en el actual Dakar. Los dos BRX de ambos pilotos ya sufrieron problemas en la primera y segunda jornada con el eje trasero, que no cesaron en el coche del catarí. “Soy piloto oficial, el campeón de las dos últimas ediciones y me pasan cosas que no sé por qué suceden, todos los problemas los tengo yo, y no el otro coche”. Dirección, suspensiones, propensión a los pinchazos, motor…No había transcurrido un kilómetro de la novena etapa cuando un problema con la dirección asistida obligó a volver al campamento. Al Attiyah dijo basta.

ATTIYA SAINZ PORTADA Motor16

No le faltaban razones para su decepción, habituado a un alto nivel de competitividad y siempre opciones para la victoria. Sin embargo, no cumplió con sus palabras hacia Sebastian Loeb. Aunque el francés no ganará a Carlos Sainz, aún contaba con posibilidades el jueves, como confirmó el desarrollo de la décima etapa. Después del adiós de su compañero tendrá menos todavía. A diferencia de Sainz.

El infierno de la penúltima etapa

David Castera anunció antes de comenzar que la penúltima etapa del presente Dakar repetiría la segunda de 2023. Aquella se recuerda como un infierno de pinchazos por su carácter rocoso y trialero. Entonces, Loeb perdió hora y media y todas sus opciones para la victoria. De aquí que fuera importante cubrirse las espaldas. Nasser Al Attiyah se negó a ello.

“Hizo lo que quiso, claro, no estaba motivado para continuar, tuvo algunos problemas y hubo un momento en que decidió abandonar, es su decisión. El estaba haciendo su rally, no el Dakar para ayudarme, así son las cosas», reconocía el piloto francés al terminar la décima etapa. Tiempo habrá de ver cómo será la convivencia en el futuro entre ambos pilotos si Al Attiyah no pierde la fe en Prodrive y el programa de Dacia.

DACIA AL ATTIYAH 1 Motor16

Al final Loeb sucumbió por una avería mecánica en la penúltima etapa, “la de las piedras”. Tuvo que esperar a que llegara un BRX privado que tardó más de media hora ¿Y su compañero hubiera estado cerca?

Al Attiyah, un deportista completo

Miembro de la familia real qatarí, Nasser Al Attiyah es todo un personaje, tanto vital como deportivamente. Famoso por su generosidad en su vida como deportivamente, es un consumado deportista. Exhuberante, sonriente, exhibe esa actitud de quien no está sometido a grandes ataduras en la vida. Extremadamente competitivo, el automovilismo y el tiro al plato han canalizado esa vocación profundamente ganadora.

Medallista en los Juegos Olímpicos de Londres en tiro, competía en el Rallie de Abu Dabi mientras afrontaba la fase final de su preparación para la cita olímpica. Ganó el primero y luego su gran sueño de un metal, bronce, en su cuarta aparición olímpica. En 2015 ganó en el mismo año el Dakar, la Copa del Mundo de Raids, el título WRC2 en el Mundial de Rallies y el Campeonato de Rallies de Medio Oriente.

Hacía años que Nasser Al Attiyah no sufría una derrota semejante en su trayectoria deportiva. ¿Cuál será su futuro a partir del presente Dakar? De momento, esa generosidad por la que es reconocido no se aplicó a Sebastian Loeb, segundo a la estela del qatarí en las dos últimas ediciones.

Al Attiyah no ha ganado el presente Dakar. De haber seguido en carrera sin más motivo que ayudar a su compañero hubiera supuesto otro tipo de victoria, aunque no se recompense en lo alto del podio. No logró ninguna de las dos. La deportiva, y la moral.