Las presentaciones de la pretemporada 2024 en la Formula 1 y han terminado. Lejos quedaban los tiempos de actos espectaculares y públicos, envueltos en gran fanfarria mediática. Por ejemplo, Mercedes iluminaba su nuevo W15 en un box de Silverstone. McLaren, con unos ‘renders’ y fotografías donde se ocultaban numerosas partes clave de su nuevo MCL38. Ferrari, con un vídeo de algo más de minuto y medio. ¿Y Red Bull?
Hasta que el crono dicte sentencia, todo son especulaciones sobre la competitividad de cada una de las máquinas. Los equipos cuentan con más herramientas para recoger información fidedigna durante la pretemporada, que comenzara la próxima semana en Bahrein, y avanzar conclusiones de alcance. Sin embargo, para el gran público no será hasta la primera sesión clasificatoria de la temporada en el Gran Premio de Bahrein donde se podrían sacar las primeras conclusiones provisionales.
No obstante, un equipo ha causado sensación en esta pretemporada: Red Bull, el último en llegar con su RB20. ¿Por qué? Mientras el resto de los equipos han intentado converger hacia las soluciones aerodinámicas marcadas por los RB18 y RB19 (sus dos primeros monoplazas de efecto suelo), el equipo austríaco se ha desmarcado con una máquina que podría haber dejado fuera de juego a sus rivales por su agresividad y audacia.
“Superando los límites”, el lema del nuevo Red Bull
“Lógicamente va a haber convergencia con un reglamento estable, se puede ver que otros coches se han inspirado en la influencia del RB19. Creo que el equipo ha hecho un trabajo maravilloso en RB20. No se han dormido en los laureles , y se nota que han superado los límites con el coche…”. En la modesta rueda de prensa de Red Bull, Christian Horner explicaba la filosofía y el alcance de la sorprendente evolución de su equipo de ingenieros, con Adrian Newey al frente.
“Estás constantemente buscando evolucionar. Si nos fijamos en la atención al detalle del coche, hay algunos realmente exquisitos. No ha habido complacencia, han seguido evolucionando y superando los límites. También hay una gran innovación en el coche que sin duda será analizada durante las próximas semanas, pero creo que la creatividad ha sido fuerte en el equipo… No es una evolución conservadora».
Christian Horner sintetizaba la estrategia de Red Bull con su nuevo monoplaza: la mejor defensa es el ataque, y el equipo austríaco parece haber elevado el listón considerablemente con el RB20. El equipo que arrasó en 2023 se ha descolgado de nuevo con soluciones arriesgadas y novedosas. Cuando los rivales podrían confiar en alcanzar al rival, este estaría ‘metiendo la sexta` para perderse de nuevo en la distancia. Es el gran temor inicial provocado por el RB20 de Red Bull.
Un monoplaza es la suma de sus partes en funcionamiento armónico. Los pontones del monoplaza austríaco han causado sensación. Un elemento que no marca las diferencias por sí mismo, pero reflejan un concepto global. Los del nuevo RB20 han resultado desconcertantes para los rivales, una exasperación conceptual frente a lo visto durante estos dos últimos años, pero también el reflejo del refinamiento y agresividad de Red Bull en la interpretación del reglamento del efecto suelo. Adrian Newey y su equipo técnico han confirmado nítidamente ser los mejores en este sentido.
Sin embargo, esos pontones laterales del RB20 han recogido un concepto similar al del W13 de Mercedes. Aquel ‘zero pod’ de 2022, brutalmente radical, con unas virtualmente extraordinarias cifras de carga aerodinámica. La teoría de Mercedes era la de reducción de la carrocería para aumentar la superficie del fondo, crucial para el efecto suelo, lo que depararía o una mayor carga aerodinámica.
Sin embargo, las cifras saltaron sin embargo por los aires tan pronto el coche tocó el asfalto, poniendo en evidencia una muy pequeña ventana operativa. Mercedes tuvo que retirar ese concepto inicial en el pasado Gran Premio de Mónaco, y su W15 actual es el producto de las duras lecciones aprendidas durante estos dos años, buscando la convergencia hacia los conceptos del equipo austríaco.
¿Qué busca Adrian Newey en el nuevo Red Bull RB20?
Sin embargo, ahora Red Bull recoge con sus nuevos pontones parte de ese diseño desechado en su día por Mercedes, con unas tomas de aire similares al del W13, pero con una interpretación particular, ante el desconcierto generalizado.
Ese reposicionamiento de las tomas de aire del RB20, similar a las del W13, perfila agresivamente las superficies frontales del monoplaza, lo que también confirmaría un nuevo sistema de refrigeración, reposicionándolo más abajo en el coche, lo que a su vez mejoraría su centro de gravedad, vital en un monoplaza de carreras.
Tal diseño permite también abrir una canalización de aire por sus flancos inferiores y hacia el difusor trasero que induce a pensar, en conjunto, en una mayor y efectiva carga aerodinámica de un monoplaza ya letal en este sentido en todo tipo de circuitos, curvas y neumáticos, como se comprobó en 2023.
Pero cabe recordar que las formas exteriores deben trabajar armónicamente para potenciar el efecto suelo generado por la parte más escondida, aunque vital en un monoplaza actual: el diseño de los pontones y fondo del monoplaza. Cuando el de Sergio Pérez fue elevado por una grúa el pasado año en Mónaco, sus rivales descubrieron un diseño realmente sofisticado que dejó a más de uno en evidencia. Es posible que el nuevo RB20, el monoplaza para 2024 de la firma energética, sea más extremo y eficaz en este apartado al comprobar su evolución aerodinámica.
A veces, las apariencias engañan
En resumen, Red Bull da un importante salto cualitativo con su nuevo monoplaza, aunque recogiendo algunos conceptos ya usados por sus rivales. ¿Por qué Adrian Newey actuaría así? De aquí el gran desconcierto inicial creado por el monoplaza austríaco. Y el temor de que el equipo de Max Verstappen mantenga la brutal ventaja del pasado año. En otras palabras, Adrian Newey podría haber aplicado en su RB20 “cuando vosotros vais, yo vengo”.
Ya se ha avisado que el RB20 de la presentación no será el mismo tras las primeras carreras de la temporada. Tampoco se conocen las versiones últimas de sus rivales. “No es una evolución conservadora”, sentenciaba Horner, algo que cualquiera a la vista del RB20 tendrá que reconocer.
Cierto es que la apariencia engaña, y no siempre coinciden ambición y audacia técnicas con el resultado sobre el asfalto. Que le pregunten a Colin Chapman (pionero con el efecto suelo en la Formula 1 a finales de los años 70) con aquel mítico pero inútil Lotus 80. O, sin ir más lejos, el más reciente Mercedes W13. De lo contrario, puede que algunos estén ya temblando.