El Audi Q3 es uno de los productos más versátiles de su fabricante, especialmente en el caso de las versiones diésel con tracción total. ¿Por qué diésel? Sencillamente, porque cuando acabas de repostar y compruebas que el ordenador de a bordo te promete 920 kilómetros de autonomía, todo cobra sentido. ¿Por qué quattro? Porque la tracción total es lo único que realmente justifica que conduzcamos una reinterpretación del A3 más pesada, cara y con el centro de gravedad elevado.
En la gama actual, la única posibilidad de combinar motor diésel y tracción total en el Audi Q3 la ofrece esta versión 40 TDI quattro, en la que se juntan el motor diésel de dos litros en versión de 200 CV, el cambio automático de dos embragues alternos con siete relaciones y el sistema de tracción delantera permanente con acoplamiento automático variable del tren trasero mediante embrague Haldex.
Hasta aquí, todo bien… aunque ahora es el turno del “pero”. Y es que si queremos combinar los apellidos TDI y quattro en este Audi Q3, no sólo tenemos que renunciar a la más asequible versión de 150 CV, sino que deberemos renunciar también al acabado estándar Advanced y optar sí o sí por el S line o por el Black line edition, con precios que parten de 55.870 euros y 58.340 euros, respectivamente.
Esto no siempre ha sido así. En su gama de lanzamiento (hasta mediados de 2020), esta misma generación del Audi Q3 se ofrecía con motor TDI de 150 CV, tracción total e incluso con cambio manual desde 37.690 euros. A mayores, aquella versión salía de fábrica con neumáticos 215/65 R17, mientras que el actual Audi Q3 40 TDI quattro S tronic S line viene equipado con ruedas 235/55 R18, que en nuestra unidad de pruebas habían sido reemplazadas por unas 255/40 R20 en unas preciosas llantas firmadas por Audi Sport que aumentan la factura en 2.302 euros.
Audi Q3: Un SUV con un buen potencial fuera del asfalto
Y ¿por qué es tan importante el tema de las ruedas? Básicamente, porque con las Continental SportContact 6 en medida 255/40 R20 montadas por nuestra unidad del Audi Q3, condenamos al vehículo a circular exclusivamente sobre asfalto, ya que se trata de unas cubiertas de corte deportivo con un flanco de apenas 10 centímetros, poco adecuadas para rodar por pistas pedregosas, zonas con baches, nieve e incluso carreteras que no se encuentren en impecable estado, máxime teniendo en cuenta que no contamos con el respaldo de una rueda de repuesto (opcional, de emergencia, por 156 euros).
Las ruedas de serie (las de 18’’) ofrecen un mejor compromiso entre campo y asfalto, con casi 13 centímetros de altura de flanco, si bien las verdaderamente ideales son las de la llanta de 17’’, con casi 14 centímetros de talón, lo que no sólo les otorga una mayor flexibilidad (ventaja definitiva fuera del asfalto) y aleja los obstáculos de las llantas (incluidos los bordillos, en conducción “urbana”).
En cualquier caso, el potencial está ahí. No hay que olvidar que en el Grupo Volkswagen atesoran una enorme experiencia fabricando este tipo de vehículos, cuyos primeros antepasados llegarían al mercado en forma de Volkswagen Transporter Syncro con un acoplamiento viscoso Ferguson, y desde 1999 Audi lleva perfeccionando la versión “transversal” de la tracción total quattro mediante el acoplamiento del tren trasero con embrague de discos en aceite (Haldex).
Con esto quiero decir que en esta segunda generación del Audi Q3 hay mucho saber hacer, y se nota en todo momento. Se nota cuando aceleras sobre firmes deslizantes, sin la dirección recta, en rampas… y en ningún momento se perciben pérdidas de motricidad en el tren delantero (que está permanentemente conectado) ni “vacíos” en la entrega de par motor.
Se nota también cuando maniobras y apenas se perciben pérdidas de transmisión: esa “sensación de arrastre”, como si en un coche antiguo te hubieras dejado el freno de mano parcialmente conectado tan característica de los sistemas de tracción total, especialmente si carecen de diferencial central.
Audi Q3 40 TDI: Un motor generoso en una buena cadena cinemática
A todo esto, el Audi Q3 40 TDI quattro suma un motor generoso que ofrece un rendimiento especialmente destacable a medio régimen, y que nos va a permitir disfrutar de unos consumos muy razonables, por debajo de los siete litros a los 100 km, que es un buen valor para un vehículo de tracción total calzado con unos neumáticos que no son precisamente ecológicos.
Como ya hemos visto, este generoso y frugal motor va acoplado necesariamente a una caja de cambios automática de siete velocidades a través de dos embragues alternos bañados en aceite. Aunque ha mejorado con los años, no es un prodigio de suavidad en maniobras a vehículo parado (tanto en ciudad como en campo), pero hay que reconocer que hace la vida muy fácil al conductor, especialmente con tráfico congestionado o a la hora de salir a adelantar.
En este último caso, los 200 CV cunden bastante. No obstante, en este Audi Q3 no tendremos una gran sensación de aceleración, suavizada por la nula latencia entre cambios de marchas y la respuesta lineal del propulsar durante gran parte de su rango de giro, pero las cifras son contundentes, con un paso de cero a 100 km/h en 7,3 segundos que demuestra que la potencia se encuentra ahí aunque no se manifiesta de manera rabiosa.
Como en casi cualquier Audi, hay una dirección precisa (opcionalmente dotada de desmultiplicación variable), suficientemente rápida pero nada nerviosa, y unas suspensiones capaces de contener adecuadamente las inclinaciones de la carrocería (opcionalmente con amortiguadores de dureza variable) a la vez que nos proporcionan un confort adecuado.
Si a todo esto le sumamos un habitáculo bien resuelto en cuyas plazas traseras pueden viajar adultos, un maletero más que digno con 530 litros de capacidad y unas dimensiones contenidas (4,49 metros de longitud) que nos permiten desenvolvernos sin problemas por entornos urbanos, nos encontramos ante una de las propuestas más versátiles del mercado; una opción fantástica para el día a día capaz de enfrentarse a escenarios y situaciones no tan “del día a día”; eso sí, siempre que calcemos un adecuado juego de neumáticos.