El apabullante dominio del reciente Gran Premio de Bahrein de Fórmula 1 ha dado argumentos a quienes piensan, como Fernando Alonso, que el campeonato 2024 ya ha terminado. Otros, como el responsable de Ferrari, Fred Vasseur, ve el vaso medio lleno. Al menos, su equipo había reducido la diferencia respecto al pasado año en “un 50 por ciento” por lo visto en la primera carrera del presente campeonato. El que no se consuela, es porque no quiere.
La segunda cita busca la esperanza de desmentir esos augurios. Yedda es un trazado opuesto al de Shakir, el segundo con velocidades más rápidas tras el de Monza. De asfalto liso y en las antípodas del abrasivo del circuito bairaní. Ojalá alguien a su lado, o presionando, porque hasta el momento solo se conoce el rendimiento de la generación de monoplazas 2024 en una sola pista.
“Gana un coche desde hace unos 72 grandes premios, tres años dominando, y cuando esto pasa en este deporte siempre hay mucha actividad fuera de la pista”, comentaba Fernando Alonso ayer respecto al tema que también ha rodeado a su equipo estos días. Porque la tensión del actual campeonato es superior fuera del asfalto que a bordo de los monoplazas. Dos temas que están ‘calentando’ la previa del Gran Premio de Arabia Saudí de Fórmula 1.
Durante esta semana se conocía un ‘soplo’ por el cual el presidente de la Federación Internacional, Mohamed Ben Sulayem, habría intervenido a favor de Aston Martin y Fernando Alonso en el pasado gran premio de Arabia Saudí.
Aunque nada en comparación al asunto que desde hace un mes ha explotado en las entrañas de Red Bull como una descarga de profundidad cuya onda aún sigue en expansión. Este fin de semana le tocaba a Max Verstappen entrar en el tema sobre el futuro de su jefe al frente del equipo, Christian Horner. Sobre todo, tras la andanada que su padre lanzaba tras el pasado Gran Premio de Fórmula 1.
Leclerc: “Max todavía está demasiado lejos”
Primero, los españoles. Aunque Carlos Sainz no pudo anticipar el jueves sus pronósticos con Ferrari para este fin de semana al sentirse indispuesto y refugiarse en su hotel. Su compañero de equipo, Charles Leclerc ejercía como pitonisa del equipo italiano. “Espero poder estar más cerca de Verstappen, pero prefiero esperar unas cuantas carreras más antes de juzgar cuáles son nuestros puntos fuertes y débiles, hoy es demasiado pronto para decirlo».
“Ahora no podemos preocupar a Max, pero creo que estamos en una situación mucho mejor que el año pasado. Recuerdo que hace doce meses, después de la primera carrera, estábamos ocupados resolviendo problemas en lugar de concentrarnos en las actualizaciones necesarias para optimizar el monoplaza”, explicaba el monegasco, en la misma línea que su jefe.
“Considerando que el coche está en una posición mucho mejor este año, diría que podemos centrarnos en futuras actualizaciones. Sin embargo, para ser claros, Max todavía está demasiado lejos hoy». El gozo en un pozo.
Aston Martin, ojalá otra imagen
Fernando Alonso y Aston Martin llegan a Yedda con todas las reservas propias de un pésimo primer gran premio, cuando terminó noveno a más de un minuto del ganador, pero también muy lejos de Ferrari, Mercedes y McLaren. Alonso avisaba el antes de la prueba que las simulaciones previas otorgaban una novena posición. Pocos lo hubieran imaginado antes de empezar, salvo el piloto y su equipo. El español acertó.
«El coche es mejor, hemos mejorado la velocidad máxima, también en las curvas rápidas. Obviamente, hicimos algunos sacrificios en las zonas de baja velocidad» afirma Fernando Alonso respecto al AMR24 de la presente temporada de Fórmula 1.
Quizás, el precio a pagar para ampliar la ventana de rendimiento de su predecesor llegara a costa de perder algunas de las virtudes que le distinguían el pasado año (tracción, degradación, rendimiento en zonas lentas), como quedó en evidencia en el primer gran premio.
De ser así, quizás el trazado de Yedda podría ofrecer otro botón de muestra más favorable sobre el rendimiento de la nueva montura. Aunque desde Aston Martin no se cansan de repetir que su objetivo es corregir los errores del pasado año. Entre ellos, no perder terreno y acierto en la evolución del AMR23 a medida que avanzaba la temporada. Por tanto, a esperar tiempos mejores.
Verstappen, una vela al padre, y otra a Red Bull
Sin embargo, uno de los grandes protagonistas ‘pre gran premio’ era Max Verstappen. Las duras declaraciones de su padre al terminar el pasado gran premio provocaron un enorme revuelo que se antojaba una suerte de ultimátum a Red Bull. O Christian Horner, o ellos. El hijo, sin embargo, suavizó el asunto antes de empezar el Gran Premio de Arabia Saudí.
«Hay tensión mientras él siga en su puesto y el equipo corre el riesgo de desintegrarse. No puede seguir así. El equipo explotará. Se hace la víctima, cuando es él quien causa los problemas», declaraba el padre a un medio británico, tras dejarse ver con Toto Wolff y alimentar un posible fichaje por Mercedes.
¿Había actuado el padre de ‘motu propio’ fiel a una naturaleza conflictiva y agresiva, brutalmente asertiva, o el piloto compartía también el mensaje? Max supo dar una de cal y otra de arena. “No me veo sin ellos en la Fórmula 1”, declaraba el piloto holandés, también en referencia a su manager, Raymond Vermeulen.
“Incluso si hay discusiones o no, siempre hay cosas que se pueden resolver. Todos son lo suficientemente maduros y respetuosos. No siempre he estado de acuerdo con lo que sucede en la Fórmula 1. Porque a veces es bueno discutir sobre las cosas y luego puedes estar de acuerdo en no estar de acuerdo. Así es como funciona una relación».
Nada como el mejor coche de carreras
¿Seguirá entonces Max Verstappen en Red Bull hasta que finalice su contrato en 2028? “Esa siempre ha sido la intención al firmar. Por eso lo hicimos por tanto tiempo, para estar aquí. Por supuesto, también se trata del rendimiento del coche y a partir de 2026. Hay interrogantes con las nuevas reglas, pero lo sabía cuando firmé mi contrato”.
«Pero también sé lo que han hecho por mí en mi carrera”, reconocía en relación a Red Bull, con Horner al mando. “La intención es quedarme en este equipo porque, lo disfruto y estoy feliz en él. Mientras rindamos, no hay razón para irnos”.
Nada como tener el mejor coche de la parrilla para que la sangre no llegue al río. Como parece que, una vez más, ocurrirá con Max Verstappen y Red Bull este fin de semana. La cuestión será saber el alcance de la ventaja en la meta sobre el primer monoplaza rival.
