La ITV reduce cada año la emisión de casi 40.000 toneladas de partículas contaminantes al medio ambiente. Es el dato que revela un estudio de la Universidad Carlos III de Madrid, que muestra que las inspecciones técnicas evitan al año la circulación de 935.556 vehículos con emisiones contaminantes superiores a las permitidas.
Acudir a la ITV no es solo una obligación, también es una forma de contribuir a la seguridad, ya que permite detectar defectos mecánicos en los vehículos que de otra forma no saldrían a la luz, y de preservar el medio ambiente. Precisamente, una de las conclusiones de este estudio es que la reducción de las emisiones contaminantes por parte de los medios de transporte está directamente relacionada con el número de vehículos inspeccionados por las estaciones de ITV a nivel nacional y el número de defectos detectados en estos vehículos.
El transporte por carretera es responsable de cerca de una quinta parte de las emisiones de CO2 en la Unión Europea, lo que convierte a los vehículos en uno de los principales aceleradores del cambio climático. «De ahí la importancia de reducir su impacto medioambiental, un propósito para el que la inspección técnica de vehículos tiene y seguirá teniendo un papel determinante», explican desde la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV).
Las emisiones contaminantes, causa de rechazo de la ITV
Según los datos de AECA-ITV, las emisiones contaminantes son la tercera causa de suspenso para los coches que acuden a pasar la ITV. En concreto, el 19% de los rechazos en las inspecciones es motivado por un incorrecto funcionamiento de los sistemas de control de emisiones contaminantes, una cifra que ha aumentado tres puntos en el último año.
Además, de acuerdo con el informe de la Universidad Carlos III, se calcula que el control de gases que se realiza en la ITV evita unas 575 muertes prematuras ocasionadas por emisiones contaminantes, lo que se traduce en un ahorro económico para la sociedad de al menos 706 millones de euros.
En nuestro país, se calcula que alrededor del 40% de los vehículos que deberían acudir a la ITV no lo hacen y eluden pasar por esta inspección, una cifra que se ha incrementado después de la pandemia, cuando el absentismo suponía el 20%. Pero, según el estudio, si el total de los vehículos que no acuden a las inspecciones obligatorias lo hubieran hecho, podrían llegar a evitarse 207 muertes prematuras adicionales, tan solo por exposición a partículas en un año.