Tratar con la administración para cualquier tipo de gestión puede resultar desesperante: normas, pagos de impuestos, documentación a presentar, protocolos… Esto hace que, por ejemplo, cualquier trámite con la DGT pueda convertirse en una auténtica pesadilla.
En el ámbito del motor, un cambio de titularidad, una matriculación de un nuevo vehículo, el duplicado de la documentación o la comunicación del conductor habitual son procesos para los que contar con especialistas con experiencia como los de la GestoríaRubénMaría es la mejor decisión que se puede tomar.
Esta gestoría administrativa, con sede en Sevilla, está especializada en mediar entre los clientes y la DGT, así que son cada vez más los clientes online que confían en su equipo para resolver cualquier acción que tenga que pasar por la Dirección General de Tráfico sí o sí.
Pese a ello, todavía hay muchos usuarios que no tienen claro qué es una gestoría administrativa y qué tipo de gestiones de la DGT puede hacer representando a sus clientes. Estos profesionales responden a estas dos cuestiones para los amantes del mundo del motor:
¿Qué es una gestoría administrativa?
Una gestoría administrativa es una empresa que basa su actividad en la asesoría y realización de trámites con la administración pública en cualquiera de sus niveles.
Este tipo de empresas se ponen a disposición tanto de empresas como de particulares y aportan su experiencia para hacer frente a obligaciones como la declaración de la renta, la presentación de impuestos, la creación de pymes o las altas de autónomo.
En general, todo el papeleo oficial que una persona o empresa puede hacer en su día a día puede ser llevado por un gestor, que aportará sus conocimientos para que su cliente pueda beneficiarse todo lo posible de la ley, así como para no incurrir en delitos, impagos o simplemente hacer que sus trámites tengan un resultado favorable mucho antes.
El papel de las gestorías ante la DGT
La Dirección General de Tráfico o DGT gestiona todo lo relacionado con los vehículos en España: renovación de permiso de conducir, notificaciones de ventas de vehículos, bajas definitivas de coches y motos, matriculación de nuevos vehículos y vehículos históricos.
Como se puede imaginar, cada uno de estos ítems responden a una serie de condiciones necesarias para su estudio y aprobación. El cliente tiene que rellenar una solicitud, aportar documentación y pagar unas tasas para que los funcionarios de la DGT puedan cursarla.
Esto, en muchas ocasiones, es complejo: hay que pedir cita o solicitar el alta en las gestiones telemáticas, preparar todo el papeleo, obtener el pago de la tasa… Por ello, la mayor parte de los usuarios opta por contar con una gestoría habituada a este tipo de trabajos para que todo sea más fácil y rápido.
Como explican en Gestoría Rubén María, el cliente no solo se beneficia al despreocuparse por su trámite en la DGT, sino que se asegura de que el resultado será favorable a sus intereses y que no tendrá que estar subsanando errores o iniciando la gestión de nuevo por haberla realizado de una manera incorrecta.