La cantidad de nuevos conductores en las carreteras está sujeta a fluctuaciones que pueden ser influenciadas por una variedad de factores, desde cambios económicos hasta avances tecnológicos y regulaciones gubernamentales. Estas fluctuaciones no solo impactan en la cantidad de vehículos en las calles, sino también en la seguridad vial, el medio ambiente y la infraestructura.
Pero de forma concreta, la pandemia del año 20, la concienciación sobre los medios digitales a distancia para la formación, la recesión económica, la falta de examinadores en las grandes urbes y el consiguiente tapon creado en las autoescuelas, aparecen como las condiciones plausibles de la deslocalización de un porcentaje de usuarios, a ciudades limítrofes para obtener la licencia de conducir.
Desde hace años, Cuenca, emergió como la ciudad de las autoescuelas, al ofrecer, rapidez, economía y garantía en este proceso, que al tiempo ha ido colapsando en las grandes ciudades adyacentes a la capital manchega, e incluso otras comunidades.
1Sin exámenes no hay conductores
La Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE) ha expresado su preocupación por la situación del sistema de exámenes de conducir en España, que considera insuficiente y perjudicial tanto para las autoescuelas como para los ciudadanos.
La falta de personal administrativo y examinador ha llevado a una operativa deficiente en las jefaturas de Tráfico, y la gestión del sistema de exámenes carece de eficiencia para resolver situaciones como bajas o vacaciones del personal, lo que resulta en largas colas de espera para los exámenes prácticos.
Esta problemática se intensifica durante la Navidad y el verano, épocas de alta demanda de exámenes, y se agrava en la denominada España vaciada. La CNAE insta al Gobierno a mejorar la gestión de recursos humanos en las jefaturas de Tráfico y a proporcionar pruebas de circulación suficientes durante estas temporadas para que los aspirantes a conductores puedan obtener su permiso de conducir