Parafraseando el título de la obra de teatro de Fernando Fernán-Gómez ‘Las bicicletas no son para el verano’, este ‘El Moves no es para los autobuses’ resume el informe de la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (Astic). Esta asociación ha hecho un llamamiento a revisar el Plan Moves, puesto en marcha por el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, tras revelarse que solo el 46,5% de los 400 millones de euros destinados a este plan se han utilizado para la adquisición de autobuses y camiones «cero emisiones» y autobuses de gas natural. El restante se ha empleado en el achatarramiento de la flota actual.
Astic ha expresado su preocupación por el hecho de que una cantidad significativa de las ayudas del Plan Moves se estén utilizando para retirar vehículos en lugar de promover la compra de nuevos, lo que, según la asociación, debería llevar al Gobierno a reflexionar sobre la efectividad del plan. Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de Astic, ha destacado la necesidad de redirigir los recursos para garantizar que se promueva adecuadamente la transición hacia vehículos más limpios y eficientes.
El Plan Moves, financiado por los ‘Fondos Next Generation’ de la Unión Europea, ha permitido hasta ahora la adquisición de 1.535 autobuses y 688 camiones. Sin embargo, Astic argumenta que estos números no reflejan la realidad del sector, donde operan aproximadamente 590.000 camiones y 60.000 autobuses en España, incluyendo la flota de transporte urbano.
Las subvenciones del Moves son complicadas de cobrar
Analizando el detalle de las operaciones, del total de 28.685 vehículos industriales pesados matriculados en 2023 en España, sólo 155 fueron 100% eléctricos y 22 fueron híbridos enchufables (177 en total), según datos de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive).
Astic también critica la efectividad de las subvenciones, ya que implica a las empresas tener que asumir unos costes administrativos innecesarios que se pueden demorar hasta dos años en llegar a las empresas. Por esta razón, proponen que las ayudas se otorguen como un descuento directo en el momento de la adquisición del vehículo pesado, lo que facilitaría y agilizaría el proceso para las empresas.
Entre los elementos que, según Astic están retardando la implantación de la movilidad eléctrica en este sector, se señala que la autonomía sigue siendo un desafío para los vehículos pesados eléctricos, ya que los camiones diésel tienen una autonomía superior a los 4.500 kilómetros, mientras que los eléctricos «dificilmente» superan los 450 kilómetros. Esto, sumado a la escasez de puntos de recarga en España, representa un riesgo para la adopción masiva de vehículos eléctricos en el sector del transporte.
Y para responder a estos desafíos, Astic propone incentivar la compra de camiones propulsados por gas natural, así como por combustibles tradicionales, argumentando que la renovación de la flota actual llevaría a mejoras significativas en la seguridad vial y una reducción del consumo energético y las emisiones de CO2.
En resumen, Astic hace hincapié en la urgencia de reformular el Plan Moves para asegurar que se utilicen de manera efectiva los recursos disponibles y se promueva una transición sostenible hacia vehículos más limpios y eficientes en el sector del transporte en España.