No es fácil ser grande en un formato de bolsillo. Los vehículos utilitarios siguen siendo una atractiva opción cuando nos movemos asiduamente por la ciudad. Su reducido tamaño multiplica su agilidad por las calles a la hora de buscar aparcamiento. Y en ese escenario el Hyundai i10 es una de las mejores opciones del mercado. Lo hemos probado con su motor más potente y acabado deportivo N Line, aspecto que también nos permite alejarnos de la gran urbe con garantías.
Pequeño gran vehículo
Siempre se ha comentado que los responsables del Grupo Volkswagen señalaron hace años al por entonces recién llegado Hyundai i10 como ejemplo a seguir a la hora de lanzar un utilitario al mercado. Y no es extraño. Este modelo siempre ha gozado de atractivas soluciones para moverse por la ciudad, con una relación entre sus 3,67 metros de longitud y la habitabilidad interior dignos de estudio. También en aspectos como el agrado de conducción, tecnología y calidad.
Sin embargo, el paso del tiempo le ha ido restando algún punto en esto que llamamos nueva movilidad. Se trata de la electrificación. El Hyundia i10 se ha renovado hace apenas unos meses, pero en su carta de presentación no contempla electrificación alguna. Y eso le condena a portar la etiqueta medioambiental C de la DGT. Y muchas miradas se pueden ir hacia los Fiat Panda (aquí su prueba) o 500, rivales directos que sí presumen del sello ECO gracias a sus mecánicas mild hybrid de 48V. O incluso al Suzuki Swift…
Potencia del Hyundai i10 1.0 TGDI N Line
Dicho esto, el Hyundai i10 que hemos tenido llega con un diseño renovado, mejoras en su equipamiento multimedia y una bala en forma de un propulsor de 100 CV. Hay otras opciones mecánicas más accesibles, como un 1.0 de 66 CV (única opción con cambio automático) y un 1.2 con 84 CV, el único bloque de la gama que presenta cuatro cilindros.
Nuestro protagonista lleva el motor tricilíndrico 1.0 TGDI turbo de gasolina que eroga 100 CV. Está asociado exclusivamente al acabado N Line y a una caja de cambios manual de cinco relaciones. Le hubiera venido de maravilla una sexta relación para rebajar las revoluciones y la sonoridad cuando vamos se circula por autovía.
Es la única pega que le podemos poner porque este motor convence en todos los sentidos. Los 172 Nm de par máximo, junto a un peso contenido de 1.099 kilos provocan que las recuperaciones a bajo régimen (apenas 1.500 rpm) sean brillantes. Y por arriba estira hasta las 6.000 vueltas.
Prestaciones del Hyundai i10 100 CV N Line
Alcanza los 185 km/h de velocidad máxima y acelera de 0 a 100 km/h en 10,5 segundos. No es un pura sangre al uso, pero como es tan pequeño y respira tan bien da sensación de deportividad siempre. De hecho se muestra solvente para adelantar, y en ciudad resulta tremendamente agradable. Lo mismo que el tacto de la palanca del cambio.
Para los oídos más finos, sí que se detecta la naturaleza impar de sus cilindros. Nada preocupante, pero sí que suena distinto y no gira tan redondo como un cuatro cilindros, claro está.
¿Y qué pasa con el consumo? Pues en un tipo de conducción aseada la media fue de 5,5 litros, y en autovía se bebió un litro más. No dista mucho de la media homologada, que es de 5,4 litros. Y pese a que el depósito de combustible es modesto (apenas 36 litros), la autonomía real se va hasta los 654 kilómetros.
Dinámica del Hyundai i10 1.0 TGDI N Line
Dinámicamente se defiende de maravilla. La suspensión es bastante firme, la dirección precisa, con apenas 2,65 vueltas de volante entre topes, y el cambio bastante preciso. No es un coche ‘prestacional’, pero corre y sus maneras en marcha convencen. Además frena con contundencia, montando cuatro frenos de discos, uno por cada rueda, que se adorna con una llanta de 16 pulgadas.
Más allá de los evidentes cambios estéticos en el exterior, el renovado Hyundai i10 sigue montando faros principales al margen de la tecnología led en su alumbrado principal. Sío que varía las formas y la ubicación de las luces día y el diseño de los pilotos traseros.
El interior, con el acabado N Line que nos ocupa, ofrece una atmósfera más deportiva, con pespuntes en rojo y unos asientos más aparentes. Delante es un vehículo cómodo y detrás amplio en relación a su tamaño exterior. El maletero, profundo, se queda algo pequeño porque no hay milagros que valgan, aunque los 252 litros que brinda bien aprovechados… En caso de necesidad puede llegar a los 1.050 litros tras abatir el respaldo trasero.
Tecnología avanzada
Las prestaciones de conectividad avanzada no solo hacen que el modelo de entrada a la marca coreana sea tecnológicamente más sofisticado, sino que también mejoran significativamente la experiencia a bordo. Entre las nuevas características tecnológicas se incluyen una pantalla LCD estándar de 4,2 pulgadas, puertos USB tipo C en la parte delantera y trasera, llamada de emergencia eCall de segunda generación con conectividad 4G, y actualizaciones de mapas aéreos (OTA).
Mantiene la pantalla táctil de 8 pulgadas, el sistema de navegación por audio y video (AVN), compatibilidad inalámbrica con Apple CarPlay y Android Auto, presume de un cargador inalámbrico para el smartphone y la última versión de telemática Bluelink de la marca coreana.
Seguridad del Hyundai i10
El Hyundai i10 de la prueba también viene equipado de serie con más funciones de seguridad Hyundai Smart Sense. El sistema de asistencia de frenado de emergencia (FCA), ahora ampliado para detectar ciclistas además de vehículos y peatones, ayuda a prevenir colisiones potenciales.
El asistente de mantenimiento de carril (LFA) utiliza el control de dirección para mantener el vehículo dentro del carril. La alerta de ocupantes en el asiento trasero (ROA) avisa al conductor si las puertas traseras se abren durante el viaje para evitar dejar olvidado a alguien o algo en el asiento trasero.
El modelo probado sigue siendo una elección práctica para los conductores. Destacando en el segmento A, el vehículo cuenta con espejos retrovisores eléctricamente plegables y una cámara de visión trasera para una mayor comodidad al estacionar.
En resumidas cuentas, el renovado Hyundai i10 con motor 1.0 turbo de 100 CV es la opción más prestacional de la gama. Su enfoque sigue siendo eminentemente ciudadano, pero su temperamento le da para salir de la gran urbe y afrontar tramos en carretera y autopista con gran solvencia. El precio: 21.940 euros, aunque con promociones y la financiación con la marca se puede quedar en 19.120 euros.