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Hay mucho de excelencia en un tamaño como este. Las cifras que maneja la Fórmula 1 dibujan el imponente espectáculo que siempre trae consigo esta parcela del automovilismo: 24 Grandes Premios en diferentes circuitos alrededor del mundo, una veintena de pilotos que representan a 10 escuderías, más de 5 ingenieros por cada coche y un elocuente presupuesto apuntalan una audiencia global de casi 450 millones de espectadores. El peso que todo esto tiene en el panorama deportivo resulta inapelable, por lo que tampoco sorprende que el caudal de aficionados al vértigo de una competición así continúe creciendo año tras año en las casas de apuestas.
Los partidarios de sacarle el máximo jugo posible a la Fórmula 1 encuentran en la satisfacción de acertar con sus pronósticos una eficaz manera de hacerlo. No obstante, desenvolverse con cierta soltura por los distintos operadores de juego cuando llega la hora de un Gran Premio exige algunas nociones clave que conviene tener presente. Lo esencial es conocer bien qué tipo de apuestas existen, analizar los factores que afectan a los resultados y saber cuáles son las mejores estrategias para sumar más opciones de éxito.
En principio, poniendo el foco en algunas fechas esenciales, es importante saber que las pruebas de pretemporada, que suelen comenzar en el mes de febrero, funcionan muy bien como termómetro para tener una idea de lo que podría deparar el resto del curso. Y ya dentro de la competición, entre los meses de marzo y diciembre, el otro indicador previo a las carreras de los domingos que sirve para medir el estado en el que llegan los coches y los pilotos lo encontramos en los entrenamientos libres, que se desarrollan los viernes y los sábados. Es ahí donde se determina la clasificación que da forma a la parrilla de salida y donde el apostante ajusta sus primeras impresiones.
Tipos de apuestas: entre lo común y lo productivo
A partir de esta toma de contacto inicial, llega el turno de echar un vistazo a los tipos de apuestas que propone la Fórmula 1. Aunque la más común consiste en predecir quién será el corredor que gane la carrera, no siempre acaba siendo la que mejores cuotas produce, y es que en la mayoría de los casos, dada la gran superioridad de algunos pilotos, suele ser relativamente sencillo acertar con el pronóstico.
Lo mismo ocurre cuando toca adivinar quién formará parte del podio, una apuesta que es incluso mucho más asequible, dado que las posibilidades de quedar entre los tres primeros clasificados son siempre mayores. Otras variables que se mueven en la misma sintonía son las que proponen averiguar quién se llevará el campeonato a final de año, quién firmará la pole position o quién obtendrá una posición más aventajada entre dos pilotos determinados.
En paralelo, existen opciones de mercado que plantean un análisis más profundo de cara al acierto y que por su exotismo, dentro de las apuestas deportivas fórmula 1, terminan generando una productividad mucho más interesante. En este sentido, hablamos por ejemplo de apostar al margen de victoria, que se centra en delimitar la diferencia de tiempo que podría darse entre los dos primeros clasificados, y también puede ser atractivo adivinar qué piloto se colocará en la cabeza tras la primera vuelta, o cuántas retiradas se producirán a lo largo de la carrera, e incluso si habrá algún abandono en la salida, quién protagonizará la primera parada en boxes o si llegará a intervenir el coche de seguridad en algún momento.
Elementos que pueden condicionar el rumbo de las apuestas
Tras perfilar el panorama que el apostante puede encontrar en las diferentes plataformas de juego, hay que tener claro que para afrontarlo con cierta garantía no basta con ceñirse a la suerte, ya que esta no es ni mucho menos la única variable que influye en los resultados. Sin ir más lejos, existen otros factores que bien merecen un análisis profundo antes de fijar una cuota específica.
Uno de los más habituales es el estado mental y físico con el que los pilotos afrontan este tipo de pruebas, puesto que de ello va a depender en gran medida la calidad de la conducción. Además, hay que tener presente que estos profesionales no se desenvuelven con la misma habilidad en todos los escenarios; en función de cuáles sean las características de los circuitos, así puede ser el rendimiento de un corredor al volante. El estudio de estos datos, qué duda cabe, siempre aporta un plus de ventaja.
Tampoco se pueden obviar las condiciones meteorológicas en todo este asunto. El clima es uno de los condicionantes que cambian por completo el curso de una carrera, principalmente porque la lluvia convierte el asfalto en una superficie deslizante, rápida y peligrosa –como ocurre en Spa-Francorchamps– que exige a los pilotos una destreza y una concentración de la que no todos pueden presumir. Bajo una situación como esta, los equipos se ven obligados a modificar la configuración de los coches, sobre todo en lo que respecta al tipo de neumático y a la carga aerodinámica. Los apostantes minimizan riesgos cuando son capaces de anticiparse a esta clase de circunstancias.
En definitiva, cabe poner de relieve que la mejor estrategia de cara a acertar con los pronósticos reside en tomarse la molestia de llevar a cabo una investigación exhaustiva. Las estadísticas, el histórico de resultados y las últimas noticias en torno a la Fórmula 1 constituyen la principal fuente de información antes de afrontar una apuesta.