Las rotondas, también conocidas como glorietas, son una solución eficaz dentro de las infraestructuras viales para mejorar la fluidez del tráfico y reducir la siniestralidad. Su diseño y funcionamiento promueven un tráfico más seguro y eficiente, obligando a los conductores a reducir la velocidad y a tomar decisiones más conscientes al incorporarse o salir de ellas.
Una rotonda holandesa, también conocida como intersección con diseño holandés, es un tipo de glorieta diseñada específicamente para mejorar la seguridad de ciclistas y peatones. Este diseño se originó en los Países Bajos, donde la infraestructura para bicicletas es una prioridad. Las características principales de una rotonda holandesa incluyen un anillo de bicicletas separado, cruces específicos para peatones y ciclistas, prioridad para estos últimos, y entradas y salidas claramente delimitadas.
1Los tipos de glorietas actualmente
Se pueden clasificar en varios tipos, cada una con características específicas que se adaptan a diferentes contextos de tráfico. Las rotondas simples son las más comunes y consisten en una única intersección circular con entradas y salidas, facilitando la circulación en intersecciones con volúmenes moderados de tráfico. Las rotondas múltiples, que tienen varias intersecciones circulares conectadas entre sí, se utilizan en áreas con un flujo de tráfico más complejo y denso.
Las turborrotondas incorporan carriles específicos dentro de ella que guían a los conductores hacia la salida correcta, reduciendo el riesgo de colisiones y mejorando la fluidez del tráfico. Las rotondas elípticas, de forma alargada, son útiles en intersecciones donde las distancias entre entradas y salidas son mayores. Las rotondas americanas (roundabouts) utilizan señales y marcas viales para indicar prioridades de paso, promoviendo un flujo continuo y seguro de vehículos.