Arne, un entusiasta de las carreras y la preparación de coche, junto a su equipo, ha logrado pulverizar el récord de la Cannonball Run, la carrera ilegal más famosa de Estados Unidos, conduciendo un Audi S6 disfrazado de coche de policía. Sí, así te lo contamos. No solo fue parte de la competencia prohibida más llamativa del mundo, sino que también lo hizo fingiendo estar arriba de un patrullero.
El viaje lo realizaron durante el 2020, cuando la pandemia por COVID-19 provocó una reducción drástica del tráfico y la presencia policial en las carreteras. Esto, sumado a una meticulosa planificación y un arsenal de herramientas para evadir la ley, les permitió establecer un nuevo récord: 25 horas y 39 minutos, completando el recorrido a una velocidad promedio de 180 km/h y con solo 31 minutos de paradas para repostar.
¿En qué consiste la Cannonball y cómo hicieron para evitar a todos los controles?
La Cannonball Run consiste en cruzar Estados Unidos de costa a costa en el menor tiempo posible. La ruta habitual va desde Red Ball Garage en la ciudad de Nueva York hasta el Hotel Portofino en Redondo Beach, California, un total de 4.677 kilómetros. Atravesar el país a velocidades promedio muy superiores a los límites legales es una hazaña peligrosa que exige astucia y preparación.
Para pasar desapercibidos ante las autoridades, el Audi S6 de Arne fue transformado en un clon del Ford Taurus Interceptor, un coche de policía común en el país norteamericano. La parrilla, los pilotos delanteros y traseros fueron vinilados de blanco, las llantas pintadas de negro, se agregaron antenas de radio, la franja reflectante del paragolpes trasero, pegatinas con el número de unidad policial e incluso una insignia de Ford modificada con el logo de la marca alemana.
Más allá del disfraz: Un vehículo preparado para la victoria en Cannonball
El Audi S6 no solo tenía una apariencia engañosa, sino que también contaba con un motor potenciado a 600 CV y un depósito adicional de combustible de 250 litros. Además, el equipo se equipó con bloqueadores láser de radares, detectores de radar, un escáner policial y una red de exploradores escalonados a lo largo de la ruta para anticipar la presencia de agentes.
La hazaña de Arne y su equipo en la Cannonball ha sido recibida con opiniones mixtas. Algunos los admiran por su audacia y capacidad para sortear los peligros de la carrera, mientras que otros los critican por su irresponsabilidad y por poner en riesgo la seguridad de ellos mismos y de los demás. No es algo que recomendamos hacer, pero no deja de ser un hito para el mundo de competencias no oficiales.
