En un contexto de crecientes tensiones comerciales entre China y la Unión Europea el ministro chino de Comercio, Wang Wentao, ha solicitado al Gobierno de España que interceda en Bruselas para facilitar la inversión y el comercio entre China y los países de la UE. Es una petición que busca evitar una guerra comercial que podría tener consecuencias importantes para ambas economías.
La petición de Wang Wentao se realizó tras una reunión en Barcelona con empresas con capital chino y miembros de la Cámara de Comercio de China en la UE. Durante este encuentro, el ministro chino apostó por la necesidad de crear un entorno predecible para el desarrollo conjunto en el ámbito de las nuevas energías, con el objetivo de reducir el riesgo de una escalada de los encontronazos comerciales entre los bloques.
El ministro recordó que Francia, Alemania y la UE en su conjunto se han comprometido repetidamente a evitar una guerra comercial y han expresado su apoyo al sistema de comercio multilateral basado en reglas y a un entorno que favorezca la competencia.
China protegerá los intereses de sus compañías
A pesar de estos compromisos, Wang expresó su preocupación por las declaraciones recientes de la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, sobre las tensiones relacionadas con la industria de los vehículos eléctricos chinos y las ayudas estatales. Wang subrayó que las preocupaciones legítimas de China y de la UE deben ser discutidas para prevenir una mayor intensificación de las tensiones comerciales. Además, advirtió que China tomará todas las medidas necesarias para proteger los derechos e intereses de sus compañías si la UE incumple su palabra y continúa con sus presiones.
En el contexto del discurso de Wang también se destacó el valor que China otorga al apoyo de España a la participación activa de las empresas chinas en el proceso de reindustrialización en la industria del automóvil en nuestro país. En ese contexto un ejemplo es la inversión de Chery en la recuperación de la empresa automovilística Ebro en la antigua planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona, donde además de los modelos de Ebro se comenzará a ensamblar el Omoda 5.
El momento para esta petición del ministro chino dirigido hacia Carlos Cuerpo, ministro de Economía español es clave, pues está previsto que en las próximas semanas la Comisión Europea presente su informe sobre las ayudas estatales chinas a las empresas de automóviles eléctricos y, en consecuencia, la implementación de aranceles a la importación de ciertos productos procedentes de China. Estas medidas podrían costarle a Pekín más de 3.600 millones de euros en intercambios comerciales con la Unión Europea.
Los aranceles podrían reducir una cuarta parte el número de coches eléctricos que llegan desde China
Se estima que el número de vehículos eléctricos chinos importados a la UE se reduciría en una cuarta parte (unos 125.000 coches) si Bruselas impusiera un arancel del 20 por ciento a la llegada de coches desde el gigante asiático. Al mismo tiempo, las ventas de vehículos de producción local en Europa probablemente aumentarían en la misma proporción.
En su discurso sobre el estado de la Unión, Úrsula von der Leyen enfatizó la necesidad de proteger los intereses europeos en el sector del automóvil. Desde China, por su parte, se ha respondido a estas investigaciones calificándolas como un «ejemplo típico de proteccionismo» y ha tachado de «exageración» las acusaciones de «inundar» el mercado con un exceso de capacidad.
La solicitud de ayuda de China a España refleja la creciente preocupación de Pekín por las posibles consecuencias de las investigaciones de la Unión Europea sobre las ayudas a los vehículos eléctricos. A medida que se acerca la presentación del informe de la Comisión Europea, las tensiones comerciales entre China y la UE podrían intensificarse, afectando significativamente al comercio entre ambos bloques. La intervención de España y otros países miembros podría ser crucial para encontrar una solución que beneficie a todas las partes implicadas.
