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Millonario y campeón de Roland Garros. Pero con tan mala memoria para olvidar dos Ferrari F40 en un garaje

Ion Țiriac, ex tenista profesional, empresario y millonario rumano, es conocido por su pasión por los coches. Su colección incluye modelos clásicos, deportivos de última generación y piezas únicas. Sin embargo, esta pasión también le ha llevado a vivir una anécdota un tanto peculiar: olvidarse de dos Ferrari F40 en un garaje durante una década.

Sí, tiene tanto dinero como para olvidarse completamente de uno de los modelos más exclusivos e icónicos de la marca del Cavallino Rampante. Fue el último coche de la firma italiana que fue aprobado por Enzo Ferrari antes de su muerte. Y se produjo de forma muy limitada entre 1987 y 1992. Así y todo, dos de estas unidades quedaron olvidadas por un descuido.

¿Cómo fue que este millonario se olvidó dos Ferrari?

¿Cómo fue que este millonario se olvidó dos Ferrari?

A finales de la década de 1980, Țiriac adquirió un Ferrari F40 del piloto de Fórmula 1 Gerhard Berger. Le encantaba tanto el coche que, poco después, compró otro F40 por 700.000 dólares. En lugar de guardarlos en su garaje, Țiriac decidió aparcar los dos F40 en un parking de Múnich, Alemania. Los años pasaron y el empresario millonario se olvidó por completo de sus dos deportivos italianos. No fue hasta una década después que el dueño del parking lo contactó para recordarle que todavía tenía dos F40 aparcados allí.

Al recuperar los coches, se encontró con que el paso del tiempo y el abandono habían hecho mella en ellos. Los dos F40 estaban en mal estado y no podían utilizarse. Țiriac decidió enviarlos a Maranello, Italia, la sede de Ferrari, para que los restauraran. A pesar de recuperar sus preciados automóviles, el ex tenista se vio obligado a venderlos. La razón: no tenía espacio suficiente para guardarlos en su colección, que ya contaba con una gran cantidad de coches.

La solución que encontró el millonario para evitar que vuelva a pasar

La solución que encontró el millonario para evitar que vuelva a pasar.

Para evitar que este tipo de situaciones se repitieran, Ion Țiriac decidió crear un museo para albergar su colección de coches. El museo, ubicado en las afueras de Bucarest, Rumania, alberga una gran variedad de vehículos. De esta manera, recibirán un cuidado cuasi diario para que estén siempre en buen estado y no terminen dañados por el paso del tiempo.

La historia de este millonario y sus dos Ferrari F40 olvidados sirve como una lección para todos los amantes de los coches: por muy apasionados que seamos, no debemos descuidar nuestras posesiones. Un poco de atención y organización pueden evitar que nuestros sueños automovilísticos se conviertan en pesadillas. Más allá de la anécdota, el ganador del Roland Garros ha logrado construir una colección de coches impresionante gracias a su trabajo duro y su amor por los automóviles.