Érase una vez un GP de Canadá en el que varios pilotos pudieron ganar, pero que terminó en el bolsillo de quien no tenía el monoplaza más rápido del fin de semana. Una prueba siempre fiel a su tradición alocada, que también hizo los honores gracias a la caprichosa presencia de la lluvia. Afortunadamente, eso sí, la cita canadiense confirmó que Red Bull y Max Verstappen ya no se pasean por los circuitos. Al menos, no en todos. Tampoco en el Gilles Villeneuve. En esta ocasión ganó quien menos errores cometió y más despierto estuvo en los momentos clave.
Tras las victorias de Sainz en Australia, Norris en Miami, Leclerc en Mónaco, y los apuros de Verstappen en Imola, el Gran Premio de Canadá se antojaba otro capítulo más en la tan deseada convergencia de rendimiento de Mercedes, Ferrari y McLaren con el equipo austríaco, por el bien del campeonato. Afortunadamente, así fue, aunque en esta ocasión el equipo italiano se empeñara en borrarse estrepitosamente del mapa.
El barullo del sábado, preludio del domingo
Largas zonas rápidas, lentas variantes, cuarta parte del tiempo en pista en frenada, pianos vitales en las trazadas… No era a priori el terreno más favorable para el RB20, como ya avisaban desde Red Bull. Así fue. Aunque el reasfaltado de la pista amortiguó los temores del equipo austríaco. Bien por sus más recientes evoluciones, bien porque al Mercedes este trazado se le acomoda, entraron en liza Lewis Hamilton y George Russell. Los McLaren se han convertido en miembros habituales en el pelotón de cabeza, confirmando en el Gilles Villeneuve, como en Imola y Mónaco, que el MCL38 es adicto a todo tipo de trazados.
Russell y Verstappen empataron hasta la milésima por la pole. Norris les acariciaba el cogote, seguido de Piastri. Cinco coches diferentes se clasificaban entre los seis primeros el sábado, metiendo Fernando Alonso la cabeza en una fiesta a la que no pertenecía, como se demostró el domingo. Al igual que el sorprendente Daniel Ricciardo.
Fue entonces cuando Ferrari se descartó del grupo de cabeza en el que es protagonista todo el año, desconcertados equipo y pilotos por la falta de grip que se experimentó desde los libres del sábado. De lograr pole y dos puestos del podio en Mónaco a desaparecer del mapa en el siguiente gran premio. Ninguno de los dos pilotos entró en el Q3 por primera vez esta temporada.
“Una carrera fea”
Con tan revuelta parrilla, el Gran Premio de Canadá esperaba con su tradicional confeti de lluvia ya desde la salida y de forma intermitente durante la carrera, configurando un panorama complejo de estrategia y pilotaje en el que los errores estaban asegurados en pista y boxes dada la naturaleza borrascosa que rodeó la prueba.
“Ha sido una carrera fea, digámoslo así, de conducir. Nunca podías ir a límite del coche, no sabía el grip que había disponible”. Al terminar, Alonso describía el perfil y dinámica del gran premio canadiense, válido para todos sus colegas. “El circuito no tenía dos metros de ancho, porque fuera de la línea seca podías chocarte. Ha sido una carrera donde las 70 vueltas han sido diferentes, con condiciones diferentes, tiempos diferentes, así que muy estresante. Una carrera difícil de leer”. Más si cabe, si te jugabas la victoria, a la que aspiraron varios pilotos.
Lluvia que iba y venía, con el consiguiente quebradero de cabeza para la elección de neumáticos, dos coches de seguridad en momentos inoportunos según las condiciones del asfalto… Empezó mandando Russell. Verstappen se quedaba a la espera, sin el monoplaza dominador de otras ocasiones. Un Mercedes se veía ganador, o luego el McLaren de Lando Norris cuando arrasó a sus rivales y se puso en cabeza mientras volaba con los intermedios en el primer tercio de la carrera.
Errores de unos y otros
Sin embargo, el accidente de Logan Sargeant y subsiguiente coche de seguridad perjudicaron al británico. Russell y Verstappen entraron primero en boxes, devolviendo a Norris al punto de partida, perdiendo así un liderato que ya nunca pudo recuperar.
Aunque a punto estuvo de recuperarlo cuando McLaren alargó su tiempo en la pista en la segunda parada. Cuando volvió, lo hizo ligeramente por delante de Verstappen en cabeza, pero al salir a la pista por la zona húmeda, perdió tracción y metros preciosos. Un par de segundos más, y la victoria hubiera sido suya. Norris terminó segundo. “Los dos primeros stints fueron muy fuertes, sentí una paz increíble. Luego el coche de seguridad… Al igual que me ayudó en Miami, ahora me la ha devuelto”, reconocía resignado el británico.
¿Y Russell? Tras liderar al principio, el británico cometió varios errores que le iban descolgando. Por ello se enredó con Piastri mientras perdió de vista a Verstappen y Norris. Al final, subió al podio tras superar a Hamilton en los compases finales de la carrera.
Sin embargo, el británico terminó con sensación de oportunidad perdida. Porque también pudo haber ganado. “Cometí un par de errores superando los límites, pagué el precio por ello, pero, aun así, es el primer podio del año. Teníamos un coche muy rápido este fin de semana, y estar de vuelta en la lucha por la victoria fue realmente divertido”.
Agazapado Verstappen y con su equipo siempre en alerta y con reflejos, cada llamada a boxes fue un acierto. «Fue una carrera bastante loca, sucedían muchas cosas y teníamos que estar al tanto de nuestras decisiones. Creo que como equipo lo hicimos muy bien hoy. mantuvimos la calma, y paramos en boxes en el momento adecuado», explicaba Verstappen al terminar, una carrera que no parecía en condiciones de ganar en su primer tercio.
“Por supuesto, el coche de seguridad funcionó muy bien para nosotros, pero incluso después creo que gestionamos las diferencias bastante bien. Estas son las carreras las necesitas de vez en cuando”. Aunque ya lleve seis victorias en 2024.
Hamilton terminaba cuarto en la que calificaba como “una de las peores carreras de mi vida”, por delante de Oscar Piastri y de Fernando Alonso. El asturiano luchaba por la segunda posición con el británico en 2023. En la presente edición quedaba patente la pérdida de terreno de Aston Martin respecto a los rivales del pasado año. Entonces, el español batió a todos, excepto Max Verstappen.
Aston Martin se descuelga
A pesar de su resistencia a Hamilton cuando ambos rodaban en la sexta y séptima posición bajo la lluvia y el asfalto mojado, el Mercedes dejó tirado al monoplaza verde tan pronto le superó en boxes. A partir de ese momento, Alonso rodó casi en solitario, y sin ritmo. Al llegar el segundo coche de seguridad, rodaba a casi 18 segundos de Hamilton.
Montreal ha confirmado hasta qué punto el equipo británico ha perdido el tren de cabeza durante este año en relación a rivales a los que batía en esta pista hace un año. McLaren es el ejemplo más descarnado. “Teníamos el calendario marcado que el circuito iba a ser un poco más favorable a lo que vemos que nuestro coche ofrece este año”. Quién lo hubiera dicho. Aunque modesto, el resultado suponía un bálsamo dados los antecedentes. “Me voy contento con los puntos tanto para Lance como para mí, sexto y séptimo es un buen botín para Aston Martin después de unas carreras difíciles que habíamos tenido”.
“Vendrán circuitos mejores, otros peores, pero bueno el siguiente, el de casa no está marcado en el calendario, es de los reguleros”. Alonso ya empezaba a poner la venda antes de la herida “Así que a ver si podemos encontrar algo, en el equipo están intentado encontrar piensas nuevas para Barcelona, así que a ver si podemos dar una bonita sorpresa”.
Sainz, pasar página a toda velocidad tras el GP de Canadá
¿Ferrari y Carlos Sainz? Lo mejor, pasar rápidamente. El madrileño perdió posiciones desde la primera vuelta, con un SF24 sorprendentemente malo por lo lento desde el sábado y también el domingo. “Fue una de esas carreras en las que el ritmo nunca mejoró. Obviamente, tuvimos algunos daños en el coche debido a un par de toques durante la carrera, pero nunca hubo suficiente ritmo para remontar», explicaba el madrileño, que luchó durante toda la prueba entre la duodécima y decimotercera posición, inédita para Ferrari este año.
Cuando entraba en los puntos, quedó eliminado por un error propio, después de que Leclerc ya hubiera abandonado por un problema de motor. «Solo cuando cambiamos a neumáticos lisos, hacia el final de la carrera, comencé a sentir que tal vez había potencial para puntuar y estaba empezando a ser un poco más rápido. Arriesgué para pasar a un grupo de pilotos en DRS, fue muy extraño que perdiera el control a mitad de la curva”.
Verstappen, el solito, ha sacado 25 puntos al equipo italiano en la clasificación de Constructores, alcanzando ahora 49 de diferencia. De la gloria de Mónaco, al desastre de Montreal. Si el ritmo de Ferrari se mantiene y toca es el turno fortuna, el próximo es el Gran Premio de España para Carlos Sainz.
