Con la séptima generación del Mustang, Ford se ha puesto el listón más alto que nunca, al menos, en el mercado europeo, donde ha dejado como única opción mecánica el 5.0 V8 atmosférico. En realidad, no es una novedad como tal, pues en la anterior generación ya hacía tiempo que se había eliminado de la oferta el 2.3 EcoBoost de cuatro cilindros que, curiosamente, se sigue ofreciendo en Estados Unidos.
En esta séptima generación, la marca del óvalo ha apostado por la deportividad. No en vano, además de la versión estándar ofrece una llamada Dark Horse que, más allá de contar con 8 CV más (454 CV frente a 446 CV del GT), dispone de una caja de cambios manual específica y numerosas modificaciones en la suspensión o los frenos; de hecho, sirve de base para las unidades que se usarán en competición.
Pero esto no es nada, pues paralelamente a la presentación de este nuevo modelo, se anunció la llegada del Mustang GTD, nada más y nada menos que la versión homologada para carretera más rápida de todos los tiempos. No hay más que ver si carrocería, con aditamentos más propios de un coche de competición, o que el motor 5.0 V8 ha sido llevado hasta nada menos que 800 CV. Incluso adopta soluciones nunca vistas en un Ford de calle, como la lubricación del motor por cárter seco.
¿Qué está haciendo el Ford Mustang GTD en Nürburgring?
La cuestión es que Ford ha estado rodando en su habitual pista de pruebas con una unidad que, a primera vista, parece de serie, pero hemos apreciado algunos detalles que nos hacen sospechar con que estén preparando algo. Lo cierto es que no hay mucho margen en este sentido, pues el Mustang GTD va ser lo más parecido a un coche de circuito que se pueda comprar en un concesionario, junto con el Porsche 911 GT3 RS.
De primeras, llama la atención el color completamente negro de la unidad de pruebas, con algunas zonas que parecen estar disimuladas con algo de camuflaje, aunque no podemos confirmar este extremo. Lo cierto es que el Mustang GTD se presentó en sociedad hace ya unos meses con un color gris para la carrocería y dado que no entrará en producción, como pronto, hasta finales de este año, no hemos podido ver otras configuraciones.
Al seguir con el carrusel de fotos hemos apreciado cómo se habían modificado las salidas de escape del Mustang GTD, eliminando las dos terminaciones integradas en el paragolpes y dejando en su lugar dos tubos orientados hacia el interior. Según nos cuentan nuestros colegas de SH Proshots, autores de las imágenes, este hecho se debe a que el Mustang GTD supera el máximo de decibelios permitidos en la pista alemana. Conviene reseñar que dicho límite no es especialmente restrictivo, pues establece un máximo de 100 dB al ralentí o a baja velocidad o de 130 dB una vez en movimiento, más de lo que genera un avión comercial durante el despegue.
Una vez analizadas las imágenes y teniendo en cuenta la información proporcionada por los espías, no tenemos suficiente información para afirmar que Ford esté escondiendo alguna novedad. No obstante, todo indica que la presencia del Mustang GTD en un día de puertas abiertas de Nürburgring se debe a que van a buscar inscribir su nombre en la tabla de mejores tiempos de la pista alemana, en lo que se ha convertido en un ranking oficioso de los coches más rápidos.
En este sentido, estamos seguros de que Ford tiene un número en mente: el 7. En 7 minutos por vuelta está la barrera que diferencia a los coches rápidos de los extremadamente rápidos. No en vano, en la categoría de deportivos, solo dos marcas han rebajado este registro: Porsche, con varios de sus modelos (GT3 RS, GT3 con preparación Manthey Racing, GT2 RS…) y Mercedes, que posee la segunda mejor marca (6:48.047) con el AMG GT Black Series de 700 CV. ¿Será este el objetivo de Ford?