Fisker está atravesando uno de sus peores momentos. La compañía de coches eléctricos enfrenta una serie de problemas acumulados en los últimos meses: la Bolsa de Nueva York la excluyó por no cumplir con pagos de 8,4 millones de dólares, incumplió un préstamo de 3,5 millones, recibió una demanda por parte de Magna Steyr, y el Ocean está bajo investigación de la NHTSA por problemas con los frenos. Estos contratiempos han puesto a la marca en una situación extremadamente delicada, casi al borde de la bancarrota.
1La oferta tentadora y envenenada
Pese a esto, existe una remota posibilidad de que Fisker se recupere. Si eso ocurriera, aquellos que aprovechen la última oferta de la empresa podrían haber hecho una excelente inversión. La marca ha sorprendido recientemente al ofrecer sus coches eléctricos a los empleados por solo 20.000 dólares, un precio significativamente inferior al inicial.
Esta oferta, aunque tentadora, viene con una serie de advertencias. La compañía no garantiza la cobertura de la garantía en el futuro, ni la disponibilidad de servicios, repuestos o actualizaciones. Esto implica que quienes compren el coche asumen el riesgo de no poder obtener reparaciones o repuestos si la empresa finalmente se declara en bancarrota.
La oferta salió a la luz tras la publicación en Reddit de un correo electrónico enviado por la compañía a sus empleados. Según el correo, los empleados pueden adquirir un Fisker Ocean con cualquier acabado (Ultra, Extreme o One) por solo 20.000 dólares a través del distribuidor oficial en Newport Fisker, en Costa Mesa, California. Esta es una reducción drástica respecto a los precios iniciales: el Fisker Ocean Ultra se lanzaba por 52.999 dólares, el Extreme por 61.499 dólares y el One por 68.999 dólares.