Nadie es profeta en su tierra. El segundo es el primero de los que pierden. Dichos quizá manidos pero gráficos para el GP de España. En el primer caso, aplicable a Fernando Alonso y Carlos Sainz. En el segundo, para Lando Norris.
Con la llegada a circuitos más convencionales (tras Mónaco y Canadá) se esperaba la prueba del algodón. Las curvas amplias y largas (en gran porcentaje) de Montmeló podrían a prueba las evoluciones de los rivales de Red Bull desde Miami. Teóricamente, el RB20 volvía a territorios de confort y dominio.
Para alivio generalizado no fue el caso para Max Verstappen y Red Bull. Aún así, ambos arrebataban por segunda vez en 2024 la victoria al monoplaza más rápido, en manos de Lando Norris.
Perder en la primera curva del GP de España
Ya desde el viernes llegaban algunas señales de esperanza con Verstappen quejándose de un excesivo subviraje en determinadas curvas. Las características de cada circuito condicionan las de cada monoplaza. Mientras a Ferrari se le atragantan las curvas largas y rápidas, ni McLaren ni Mercedes incorporaban novedades en el trazado catalán y, sin embargo, sus monoplazas disfrutaban en la singular configuración de Montmeló. Por el contrario, Red Bull no dominaba como se temía. Efectivamente, la fisonomía del presente campeonato comienza a variar.
Tras las sesiones de libres, la pole se antojaba encarnizada. McLaren, Red Bull (Verstappen) y Mercedes se apiñaban, con Ferrari descolgándose inesperadamente a más de tres décimas de Lando Norris, quien lograba la pole con un MCL38 que se confirma como el monoplaza más completo y homogéneo para todo tipo de trazados. Y quien mantiene la primera curva en Montmeló compite con la llave de la victoria en la mano. Aunque fue allí donde el británico perdió el triunfo.
Russell salió como un cañón desde el cuarto puesto mientras Verstappen y Norris se peleaban entre sí. Poco duró en cabeza el británico, y desde entonces el gran premio español fue la historia esforzada del británico y su equipo para recuperar infructuosamente las opciones de victoria evaporadas. Mercedes y Ferrari se convirtieron jugaron siempre de comparsas en la distancia.
“No podía, debía haber ganado”
Aunque la primera posición llegó a cambiar varias veces con las paradas en boxes, Verstappen y Red Bull controlaron siempre la carrera. El equipo austríaco sacó de la manga un juego de blandos nuevos para el último relevo y aunque Norris intentó repetir el mismo ataque final de Imola, ni siquiera pudo acercarse al holandés.
“Creo que lo que me dio la carrera fue el comienzo, tomé la delantera (en la tercera vuelta) y ahí es donde tuve mi ventaja en ese primer relevo. Después tuvimos que hacer una carrera bastante defensiva. Lando y McLaren fueron muy, muy rápidos hoy, parece que siempre en las últimas vueltas del relevo”, reconocía un Verstappen que no las tenía consigo antes de la salida
Para Lando Norris quedó el amargo sabor de victoria arrebatada por error propio. “No es que podría haber ganado, es que debería haber ganado. Tuve un mal arranque, así de simple”, se lamentaba el británico. “El coche era increíble hoy, éramos sin duda los más rápidos, pero perdí el control al principio. Estoy decepcionado, porque hay muchos aspectos positivos, pero uno negativo que arruinó todo”.
Lewis Hamilton acompañó en el podio a Verstappen y Norris en el que calificaba como el “mejor fin de semana del año”. Un soplo de motivación tras derrotar a Russell el sábado solo por segunda vez este año, cuando empiezan a envolverle los rumores de su relación con Mercedes en el año final de contrato.
El británico varió su estrategia de neumáticos respecto a Russell, al que superó en la recta final, terminando con blandos, como Charles Leclerc. “Estamos llegando, nos estamos acercando (a la cabeza) poco a poco estamos acortando la brecha”, se felicitaba el británico, que también terminó un puesto por delante del británico.
Sainz y Leclerc en la pista y fuera de ella
Ya en el Q2 del sábado, Ferrari descubrió que no tendría opciones el domingo. «Si estamos a tres décimas en cuali, es probable que estemos a tres décimas en carrera, así que hay que encontrar alguna manera de batir a los Mercedes”, afirmaba Carlos Sainz, ya sin esperanzas de subir al podio. Así fue.
Aunque Sainz lo intentó contra los dos Mercedes, aunque para ello tuvo que desembarazarse de su compañero de equipo. De aquí su maniobra en la primera curva de la segunda vuelta al sorprender con agresividad a su compañero, cuando este perdía contacto con los monoplazas alemanes.
Emparejados y con Sainz por el exterior, los dos monoplazas rojos llegaron a besarse con sus neumáticos. El madrileño dejó atrás a su enfadado compañero y se lanzó a por los coches alemanes en su afán de subir al podio. “Íbamos con un blando nuevo, mientras que Mercedes salió con un blando usado. Había que atacar en las primeras vueltas, cuando tienes un neumático nuevo, y pasarlos. Adelanté a Charles porque… no sé si cometió un error o simplemente estaba gestionado demasiado (el neumático). Luego seguí, y casi pasé a Lewis y le hice un undercut, y casi pasé a Russell en las paradas en boxes…”.
En su pugna con el británico, ambos usaron la misma estrategia de neumático (blando, medio, duro) más lenta de Hamilton y Leclerc. Al final, Sainz tuvo que dejar pasar a su compañero, aunque el monegasco no pudo superar a Russell, y señaló al español como responsable al terminar.
“Teníamos una estrategia clara al principio de la carrera con el equipo, para ahorrar neumáticos y atacar más adelante» declaraba molesto al terminar, “porque perdimos tiempo entre nosotros. Dañé mi alerón delantero por culpa de Carlos. Fue un poco innecesario, pero también entiendo que es la carrera de casa y este es un momento importante de su carrera, así que supongo que quería hacer algo un poco espectacular, pero yo no era la persona adecuada para hacer eso».
Sainz no se cortó en su respuesta. «Son demasiadas las veces que se queja de algo después de la carrera”, para luego explicar las razones de su ataque. Poco más o menos, vino a decir, que Leclerc se estaba durmiendo.
El ‘vía crucis’ de Aston Martin, primera etapa
Fernando Alonso tampoco fue profeta en su tierra. Al contrario. Aston Martin sigue en caída libre, y tanto Montmeló como los circuitos que vienen hasta el cierre veraniego serán un ‘vía crucis’ si atendemos a los avisos del español desde Canadá.
“Van a ser carreras un poco de sufrimiento, tanto esta de Barcelona como Austria y Silverstone. En este triplete será difícil incluso coger puntos, pero ojalá a partir de Hungría empiece un nuevo campeonato». El Gran Premio de España se convirtió así en la primera etapa del particular ‘vía crucis’ Aston Martin. Por segunda vez en 2024, ambos monoplazas verdes quedaron fuera de los puntos.
Alonso terminó duodécimo, lamentando la falta de adherencia de su monoplaza. «El coche es difícil de conducir porque no tiene agarre, pero hay que aceptarlo”, declaraba el asturiano al terminar. “Sin agarre también deslizas más con los neumáticos, hay más desgaste y es una espiral de la que no sales, porque no tienes ritmo y encima gastas más los neumáticos, así que ha sido una carrera muy muy larga para nosotros».
Solucionar las carencias aerodinámicas llevará tiempo. En el equipo han comprendido la naturaleza de los problemas del AMR24, avisa Alonso, y se está trabajando en corregirlas con sucesivas evoluciones. Eso sí, tardarán en llegar. “No va a haber mejoras. Depende del circuito y las características que pueden cambiar un poco el orden de la parrilla, pero es lo que hay. Toca apretar los dientes unas cuantas carreras…”