El verano es una época de mucha movilidad en carretera. Los viajes a la playa, la montaña y otros destinos turísticos provocan que millones de españoles cojan su vehículo para desplazarse, lo que también incrementa las multas. Durante estos meses, la Dirección General de Tráfico (DGT) no solo se centra en las infracciones habituales como el exceso de velocidad, el consumo de alcohol y el uso del móvil, sino también en otras conductas de riesgo propias de la temporada estival, como conducir con chanclas.
1La inseguridad en los pies: Las chanclas
La sanción por conducir en chanclas o descalzo puede oscilar entre 80 y 200 euros, y en casos graves, podría implicar la retirada de hasta tres puntos del carnet de conducir. Esta medida busca prevenir los peligros asociados a un calzado que no ofrece un agarre adecuado al pedal, aumentando el riesgo de accidentes. Aunque las chanclas son una opción cómoda para un día caluroso y para trayectos cortos a la playa o la piscina, no son seguras al volante. La Unión de Consumidores de Extremadura ha señalado que conducir con chanclas puede ser extremadamente peligroso, ya que pueden deslizarse y causar que el conductor pierda el control del vehículo.
Muchos agentes de Tráfico centran su atención en este tipo de infracciones, especialmente en las proximidades de playas y piscinas donde las chanclas son más comunes. Sin embargo, es importante destacar que no todos los tipos de calzado veraniego están prohibidos. Aquellos que se sujetan adecuadamente al talón y al empeine del pie están permitidos, ya que ofrecen la seguridad necesaria para una conducción segura.