El calor extremo del verano no solo afecta nuestro bienestar físico, sino que también puede tener serias repercusiones en el funcionamiento de nuestros vehículos. Con temperaturas que a menudo superan los 30 grados centígrados, es crucial estar atentos a cómo el calor puede dañar componentes esenciales del coche, desde los frenos hasta los líquidos del motor. En este artículo, exploraremos cómo el calor afecta a diferentes partes de tu vehículo y qué medidas puedes tomar para evitar daños y garantizar un viaje seguro.
1Los frenos
El calor intenso puede comprometer seriamente la eficacia de los frenos de tu coche. Durante el verano, no solo el calor ambiental es un factor a considerar; el propio funcionamiento de los frenos genera calor adicional. Este exceso de calor puede provocar fallos en los latiguillos del freno, que son vitales para la transmisión del líquido de frenos a las pinzas.
Además, los discos de freno pueden deformarse bajo temperaturas extremas, afectando su capacidad para frenar de manera eficiente. El líquido de frenos también está en riesgo, ya que puede llegar a hervir en condiciones de calor extremo, reduciendo su efectividad. Por lo tanto, es fundamental revisar el sistema de frenos regularmente durante el verano y considerar el uso de líquidos de frenos con puntos de ebullición más altos.