Henrik Fisker y su esposa, Geeta Gupta-Fisker, han tomado la drástica decisión de reducir sus salarios a solo $1 en un esfuerzo por ayudar a la compañía a superar sus problemas financieros y asegurar fondos suficientes para los procedimientos de quiebra en curso. Esta medida llega en un momento crítico para su compañía, que ha enfrentado numerosos desafíos que han afectado su capacidad operativa y financiera.
A principios de este mes, durante una sesión de reestructuración, un abogado de la oficina del síndico estadounidense preguntó a John DiDonato, responsable de la reestructuración de la empresa, sobre el estado de los salarios de Henrik y Geeta. DiDonato no pudo precisar sus salarios exactos, pero confirmó que estaban «sufriendo una modificación». En 2022, ambos ganaban el salario mínimo de California de 62.400 dólares, además de recibir 710.000 dólares en bonificaciones en efectivo.
Fisker se hunde en una profunda crisis
Los problemas de Fisker se han acumulado durante años, incluyendo dificultades con sus automóviles, mala prensa y temas gerenciales que han comprometido su capacidad para proporcionar repuestos. Todo esto llevó a la empresa a solicitar protección por quiebra en junio. Sin embargo, la situación financiera de la empresa ya mostraba signos de deterioro mucho antes de esta solicitud oficial.
En el marco del proceso de quiebra, la empresa ha planeado vender su inventario restante de 3.231 SUV Ocean a American Lease, una compañía con sede en Nueva York, en un acuerdo valorado en 46,3 millones de dólares. Originalmente, habían acordado comprar 2.100 vehículos, pero aumentó su pedido a 3.231. No obstante, Fisker no puede simplemente vender estos vehículos sin más. Todos los modelos Ocean están sujetos a un retiro del mercado ordenado por la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) debido a una bomba de agua defectuosa que podría causar la pérdida de potencia de la batería de alto voltaje.
Avanzan para la compra de lo que queda de Fisker
Además de American Lease, una segunda empresa ha mostrado interés en los activos de Fisker, aunque los detalles permanecen confidenciales bajo un acuerdo de confidencialidad. No está claro qué activos está dispuesta a adquirir esta segunda empresa ni cuánto está dispuesta a invertir. Pero de a poco le van sacando todo a la marca de coches eléctricos.
Mientras se centran en reparar y vender su inventario restante, se desarrolla una batalla legal entre Heights Capital Management, el acreedor garantizado de Fisker desde hace mucho tiempo, y los numerosos prestamistas no garantizados de la empresa. Deben más de 850 millones de dólares a dos grupos de tenedores de bonos. La decisión de Henrik y Geeta Fisker de reducir sus salarios a un dólar subraya la gravedad de la situación financiera de la compañía y su compromiso personal para intentar salvar la empresa.
