El verano está aquí y, con él, las temidas olas de calor. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha anunciado que nos enfrentamos a una subida significativa de las temperaturas, y si bien muchos ya tienen experiencia enfrentando el calor con ventiladores y aire acondicionado, no todos consideran el impacto que este clima extremo puede tener en nuestros vehículos. Más allá del malestar que provoca conducir en un coche que ha estado bajo el sol, el calor puede causar daños significativos y prematuros en varias partes del automóvil, llevándonos de manera inesperada al taller.
1El calor: Un enemigo silencioso para tu vehículo
El calor extremo afecta a los coches de diferentes maneras, y los híbridos y eléctricos, aunque avanzados, no son inmunes a estos problemas. Xavi Celda, Market Manager Car Repair y Taller de Norauto España, destaca que en estos períodos se ve un incremento en las visitas al taller debido a fallos en componentes clave como la batería, el sistema de climatización, la refrigeración, los frenos y los sistemas electrónicos.
Uno de los primeros componentes que sufre es la batería. Aunque no solemos relacionar las altas temperaturas con los problemas de batería, el calor puede ser extremadamente perjudicial. Las temperaturas extremas aceleran la evaporación del líquido interno de la batería, un problema que se agrava si la batería ya está llegando al final de su vida útil. Este proceso de secado del ácido puede provocar fallos inesperados, y en muchos casos, un cambio de batería se vuelve inevitable. Empresas como Norauto han observado un aumento notable en los servicios de cambio de batería durante los meses más calurosos, superando los 2.973 servicios en solo julio y agosto del año pasado.
