La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) se ha convertido en un pilar fundamental para garantizar la seguridad vial en España, especialmente en el caso de motocicletas y ciclomotores. Desde su implementación obligatoria, este proceso ha transformado la forma en que estos vehículos se mantienen y circulan por nuestras carreteras. La ITV no solo es un trámite necesario, sino una auténtica salvaguarda que ayuda a reducir la siniestralidad y asegura que las motos que surcan las calles estén en condiciones óptimas.
La obligatoriedad de la ITV para motocicletas se instauró a mediados de la década de 1980, y en 2006 se extendió también a los ciclomotores. Este paso fue clave para mejorar la seguridad en las vías, reduciendo el número de accidentes y asegurando que estos vehículos, que a menudo son más vulnerables en caso de colisión, cumplan con estándares rigurosos de seguridad. Desde la inclusión de los ciclomotores en esta normativa, la siniestralidad ha caído en picado. Los datos hablan por sí solos: un impresionante 88% de reducción en las muertes asociadas a ciclomotores entre 2006 y 2022, pasando de 308 a solo 36 víctimas.
1La ITV como salvavidas: un éxito rotundo
En Madrid, una de las comunidades autónomas con mayor volumen de motocicletas y ciclomotores, el 84,4% de estos vehículos superó la ITV en el primer intento durante los primeros cuatro meses de 2024. Esta cifra es un reflejo claro del éxito del sistema y de la responsabilidad de los conductores, que cada vez más comprenden la importancia de mantener sus vehículos en perfecto estado.
Jorge Soriano, presidente de la Asociación de Entidades para la Inspección Técnica de Vehículos de la Comunidad de Madrid (AEMA-ITV), lo resumió de manera contundente: “La amplia mayoría de motocicletas y ciclomotores que se presentan a inspección la superan favorablemente, lo que es una garantía de que cumplen con los estándares de seguridad para circular”. No se trata solo de cumplir con una obligación legal; la ITV es una herramienta vital para prevenir accidentes y proteger la vida tanto de los conductores como de los peatones y otros usuarios de las vías.