Conducir un coche es una actividad cotidiana para muchos, pero hay un aspecto del que rara vez se habla: la higiene dentro del vehículo. Nos solemos preocupar por mantener la carrocería brillante y las llantas impecables, pero a veces pasamos por alto que hay un foco de bacterias que puede poner en riesgo nuestra salud: ¿sabías que un volante puede albergar hasta 17 veces más bacterias que el asiento de un inodoro? Una solución sencilla y eficaz es conducir con guantes de látex. A continuación, exploraremos por qué esta práctica puede ser más beneficiosa de lo que imaginas.
1Una barrera antibacterias
Según estudios recientes, el volante de un vehículo puede contener hasta 17 veces más bacterias que el asiento de un inodoro. Esto se debe a su uso constante, la humedad y la falta de limpieza, factores que contribuyen a la acumulación de suciedad y microorganismos en este superficie.
El volante es una de las partes del coche que tocamos más a menudo, convirtiéndose así en un caldo de cultivo ideal para bacterias. En él pueden quedar atrapados la humedad, el sudor de nuestras manos y restos de comida o bebida; el entorno perfecto para la proliferación de microorganismos. Usar guantes de látex al conducir puede ser una solución: crea una barrera protectora entre las manos y las bacterias, reduciendo significativamente el riesgo de contraer infecciones o enfermedades.