En el mundo del automovilismo, donde las marcas luchan por diferenciarse con diseños exclusivos y características de lujo, resulta sorprendente descubrir que algunos modelos, aparentemente en extremos opuestos de la gama, comparten detalles insospechados. Un caso que ha desconcertado a los amantes del motor es el hecho de que vehículos tan distintos como un Ford Focus y un Lamborghini Murciélago comparten los mismos faros delanteros.
Lo que en un principio podría parecer una coincidencia, en realidad es el resultado de las complejidades del diseño industrial y las sinergias dentro de la industria automotriz. Estamos haciendo referencia de modelos que tienen diferencias de miles de euros, pero que de todas maneras comparten ciertas características similares que demuestran que no hay tanto que los diferencie.
Los detalles que comparten modelos completamente opuestos
El Ford Focus, un coche compacto accesible y diseñado para el mercado masivo, se encuentra en las antípodas del Lamborghini Murciélago, un superdeportivo de lujo conocido por su velocidad y exclusividad. Sin embargo, ambos vehículos utilizan exactamente los mismos faros delanteros, una decisión probablemente motivada por razones de costos y eficiencia en la producción. Este fenómeno no es único, ya que otros ejemplos de esta sorprendente estrategia de compartición de piezas han aparecido a lo largo de los años.
Otro par sorprendente que comparte un detalle similar es el Nissan 300ZX y el Lamborghini Diablo. Ambos deportivos, aunque pertenecen a diferentes ligas en cuanto a precio y prestigio, utilizan los mismos faros. Es curioso pensar que un coche deportivo japonés, conocido por su relación calidad-precio y rendimiento accesible, tenga un elemento en común con un Lamborghini, símbolo de exclusividad y opulencia. Este tipo de coincidencias subraya cómo incluso las marcas más prestigiosas no son inmunes a las decisiones pragmáticas de los proveedores de piezas.
Más ejemplos de las similitudes entre coches
Pero estos no son los únicos casos. El Fiat 850 y el Lancia Stratos HF también comparten faros, a pesar de que el primero es un vehículo pequeño y popular de los años 60, mientras que el segundo es un legendario coche de rally que conquistó los campeonatos en la década de 1970. La compartición de piezas en estos casos pone de manifiesto cómo, en ocasiones, las marcas de alto rendimiento no dudan en utilizar componentes de coches más económicos, siempre y cuando cumplan con los requisitos de diseño y funcionalidad.
Otra curiosidad que destaca en este contexto es el hecho de que el De Tomaso Pantera GTS, un deportivo ítalo-americano, comparte los faros traseros de tres colores (rojo, blanco y naranja) con el Alfa Romeo 2000 Berlina, una berlina de gama media lanzada en los años 70. Esta coincidencia, aunque visualmente peculiar, es otro ejemplo de cómo las decisiones de fabricación pueden unir modelos que, a simple vista, no tendrían nada en común.
