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Si no tiene 2.5 millones de euros para un Bugatti Veyron, puedes comprar este por 2 mil

El Bugatti Veyron, con su potente motor W16 y un precio que supera los 2.5 millones de euros, es un sueño casi imposible para la mayoría de los aficionados a los autos. Sin embargo, para aquellos que no cuentan con esa fortuna pero aún desean «poseer» uno de estos superdeportivos, existe una alternativa: las réplicas. Eso sí, no todas las imitaciones son iguales, y algunas, como la que protagoniza este artículo, pueden hacer que te lleves las manos a la cabeza de lo mala que es.

La réplica en cuestión es una imitación del legendario modelo, construida sobre la base de un humilde Ford Cougar. Este modelo, que alguna vez fue un coupé respetable de la marca estadounidense con un motor 2.5 V6 atmosférico de 170 CV, ha sido transformado —o al menos intentado ser transformado— en una versión económica del Bugatti. Pero lo que debería haber sido una conversión de lujo, se ha convertido en un desastre automovilístico que difícilmente se confunde con el original.

Así es la réplica del Bugatti Veyron

Así es la réplica del Bugatti Veyron

Para los amantes de las réplicas bien hechas, esta versión del Bugatti Veyron es, probablemente, una de las peores del mundo. A primera vista, lo que más llama la atención es la triste mirada que parecen tener los faros delanteros. Es como si el auto supiera que nunca llegará a ser lo que pretende y estuviera a punto de llorar. Además, el capó está a una altura diferente del resto de la carrocería, lo que añade aún más torpeza al diseño.

Uno de los pocos detalles que podrían recordar vagamente al original es la parrilla en forma de herradura, aunque incluso eso deja mucho que desear. Los colores negro mate y naranja, típicos de algunos modelos del Veyron, están presentes, pero eso no es suficiente para salvar esta réplica. La carrocería, con líneas desiguales y falta de simetría, está lejos de los estándares de un superdeportivo de élite.

El precio explica la calidad de la imitación

El precio explica la calidad de la imitación

La diferencia de calidad entre réplicas queda en evidencia cuando se comparan con las de países como Vietnam, donde algunos artesanos han logrado crear imitaciones realmente meritorias, incluso de otros modelos como el Chiron. Estas copias, aunque no perfectas, demuestran que con habilidad y atención al detalle, se pueden conseguir resultados mucho más cercanos al original. Lamentablemente, no es el caso de esta versión, que podría encontrarse en cualquier país emergente donde las expectativas de calidad automotriz son más bajas.

A pesar de lo mal hecha que está, esta réplica del Bugatti Veyron tiene su propio encanto: el del cocheque sabe que nunca será lo que aspira a ser, pero que lo intenta de todas maneras. Y para aquellos que no pueden permitirse los millones que cuesta un original, por unos 2 mil euros, pueden llevarse a casa una versión fallida que, al menos, hará reír a sus amigos.