El Ejército de Tierra español está listo para despedirse de los icónicos Santana Aníbal, unos todoterrenos que han servido con firmeza a las Fuerzas Armadas desde su llegada en 2004, pero que ya no cumplen con las necesidades actuales. Después de años de quejas sobre su confiabilidad, problemas mecánicos recurrentes y altos costos de mantenimiento, el Ministerio de Defensa ha decidido reemplazarlos. El modelo seleccionado para tomar el relevo es el Peugeot Landtrek, un todoterreno derivado del modelo comercial de Peugeot, pero con adaptaciones para uso militar, fabricado por la empresa española Iturri.
1Un contrato millonario e innovador
El contrato, firmado por 217,66 millones de euros, prevé la entrega de 4.500 vehículos durante los próximos cuatro años, con una posible prórroga de dos años adicionales. Estos vehículos serán clave en misiones tanto dentro del país como en despliegues internacionales, cumpliendo funciones logísticas y de apoyo, y cubriendo la brecha que dejan no solo los Aníbal, sino también otros veteranos modelos de Nissan aún en servicio.
El Santana Aníbal, un todoterreno que nació de las cenizas de Santana Motor en Linares, Jaén, fue concebido como una solución robusta y versátil para el Ejército de Tierra. Sin embargo, desde sus primeros días se enfrentó a problemas técnicos que afectarán su confiabilidad. Aunque se fabricó con un fuerte componente de orgullo industrial español, el Aníbal no logró cumplir con las expectativas a largo plazo, con un rendimiento que dejó mucho que desear en comparación con otros vehículos militares más modernos.