Con la expansión de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en muchas ciudades, el interés por los coches antiguos ha crecido, pero no todos saben distinguir entre un coche clásico y uno histórico. Aunque ambos términos puedan parecer intercambiables, en realidad existen diferencias clave que no solo afectan a su estatus legal, sino también a las restricciones y ventajas que pueden tener en las carreteras, especialmente en áreas con limitaciones de emisiones.
A continuación, exploramos tres diferencias esenciales entre estos tipos de vehículos, lo que puede ser de gran ayuda para los propietarios o futuros compradores que deseen circular por zonas con restricciones medioambientales o que simplemente deseen tener claro el valor y las implicaciones de cada tipo de coche.
1Reconocimiento oficial: histórico vs. clásico
La principal diferencia entre un coche clásico y uno histórico radica en su reconocimiento oficial. El término «coche histórico» es el único que está oficialmente reconocido por la Administración Pública en España. Para que un coche obtenga esta categoría, debe cumplir una serie de requisitos específicos, como haber sido fabricado o matriculado hace al menos 30 años, que no se fabriquen más unidades de ese modelo, y que conserve su estado original sin modificaciones significativas en sus componentes principales.
Por otro lado, el concepto de «coche clásico» es mucho más flexible y carece de una definición legal estricta. Un coche clásico no está necesariamente registrado como histórico, y su consideración como tal suele estar más relacionada con factores subjetivos, como su relevancia cultural o sentimental en la historia del motor. Coches icónicos como el Seat 600 o el Renault 4 suelen ser considerados clásicos por su influencia en la cultura automovilística, sin que necesariamente deban cumplir con los requisitos para ser catalogados como históricos.