La Inspección Técnica de Vehículos, más conocida como ITV, es una especie de ritual para los conductores en España. Mientras que aquellos con coches nuevos pueden no preocuparse por ello durante un par de años, para el resto de nosotros, especialmente los que manejamos vehículos más veteranos, la ITV se convierte en una cita periódica ineludible.
A partir del cuarto año de vida de un vehículo, esta prueba técnica se convierte en obligatoria y repetitiva: bienal hasta que el coche cumpla los 10 años, y anual a partir de ahí. Y de cada visita a la ITV nos llevamos algo muy particular: una pegatina de colores que a veces parece no tener sentido pero que, en realidad, es clave para la seguridad en nuestras carreteras.
1¿Qué son las pegatinas de la ITV?
Al obtener un resultado favorable tras la inspección, se recibe una pegatina, conocida oficialmente como señal V-19, la cual se adhiere en la esquina superior derecha del parabrisas de nuestro coche. Puede parecer un simple trozo de papel adhesivo, pero para las autoridades de tráfico es una herramienta rápida y eficaz para verificar si su vehículo cumple con los estándares de seguridad en vigor.
Estos distintivos presentan tres colores diferentes: amarillo, rojo y verde. Pero antes de imaginar que estas pegatinas clasifican a los coches como si fueran semáforos o señales de peligro, hay que entender que los colores no reflejan ninguna característica del vehículo en sí, sino más bien el año en que caduca la inspección técnica.
De un solo vistazo, los agentes de tráfico pueden saber si la ITV de un vehículo está al día o no. No obstante, la pegatina ofrece más información: las dos últimas cifras del año de caducidad, situadas justo encima del escudo constitucional, y el mes de vencimiento perforado en números romanos con un taladrador. También se puede encontrar el número de la estación ITV en la que se realizó la inspección y el escudo de la comunidad autónoma donde se encuentra dicha estación.