La movilidad urbana se encuentra en una encrucijada. Europa ha trazado un ambicioso plan para reducir periódicamente las emisiones de CO2 y encaminarse hacia un futuro más limpio y saludable. Sin embargo, este cambio hacia la movilidad sostenible no es barato. El último informe del Instituto Europeo de Tecnología e Innovación (EIT), titulado «Coste y Beneficio de la Transición a la Movilidad Urbana», pone sobre la mesa una cifra que resulta asombrosa: 1,5 trillones de euros. Esta colosal inversión será necesaria para transformar el transporte urbano en las ciudades europeas de más de 50.000 habitantes para el año 2050.
1¿Por qué tanto dinero?
El camino hacia una movilidad sostenible no es sencillo ni lineal. De hecho, los avances tecnológicos por sí solos no bastan para alcanzar las metas fijadas en el Pacto Verde de la UE, que establece reducciones de emisiones del 44% para 2030 y la descarbonización total del transporte urbano para 2050. Para lograrlo, es necesario un cambio profundo en cómo nos movemos, lo que requiere grandes inversiones en infraestructuras, tecnologías limpias y cambios en los hábitos de los ciudadanos.
El transporte público es la piedra angular de esta transición. Según el informe del EIT, aumentar su atractivo y accesibilidad es clave para reducir la dependencia del vehículo privado, que actualmente es el mayor generador de emisiones en las ciudades. Las medidas incluyen la creación de zonas de bajas emisiones, la promoción de la movilidad compartida y la mejora de las infraestructuras para caminar y andar en bicicleta. Todo esto, según estimaciones, podría llevar a un aumento del 7% en el uso del transporte público ya una reducción del 16% en los desplazamientos en automóvil privado.
