La victoria de Audi, Carlos Sainz y Lucas Cruz en el pasado Dakar cerró un capítulo en la historia de la mítica prueba. La despedida del fabricante alemán y su sofisticada tecnología eléctrica ha dejado paso a nuevos protagonistas, dos grandes multinacionales a la conquista de la prueba más dura del mundo: Ford y Dacia (Renault), que se unen a Toyota y Mini. Cada una con un enfoque técnico diferente y sin olvidar su nicho de mercado. Con la mitad de sus seis pilotos, españoles.
Celebrado durante estas fechas, el Rallye de Marruecos ejerce como aperitivo del Dakar, el último asalto competitivo antes de la gran cita del año tras miles de kilómetros anónimos en el desierto. Todos se miran de reojo, e ocasiones, ocultando sus cartas. ¿Podrían ganar a la primera Ford y Dacia recién llegados al Dakar?
Juntos, de nuevo
El fabricante americano ha decidido volver a la competición automovilística en dos frentes opuestos: en la Fórmula 1 con Red Bull, y a los raids con M-Sport, estructura aliada durante tantos años en el Mundial de Rallies. Lo que se llama salir de la zona de confort.
“El Ford Raptor T1+ es una apuesta firme para nuestra visión global del off-road: queremos enfrentarnos a los mejores y demostrar nuestro valor en los lugares más difíciles del planeta”, explicaba en la presentación de la máquina americana el director global de Ford Performance, Mark Rushbrook. “Las lecciones que estamos aprendiendo del Raptor T1+, junto con la competencia con vehículos de serie en la Baja 1000 y la Finke Desert Race, ayudarán a que los Raptor sean aún mejores para nuestros clientes”.
Ford llega por tanto al Dakar con un vehículo de presencia genuinamente americana. Con decisiones técnicas en línea con la imagen del proyecto y la tecnología de la marca. Su desarrollo y puesta en competición corren a cargo de Carlos Sainz y Nani Roma. Todo un lujo.
Sainz afrontará su decimoctavo Dakar. Todas las aventuras de marca en las que ha metido sus manos han terminado ganadoras del Dakar. El piloto y estructura deportiva británica unieron sus destinos en 1997, cuando Malcom Wilson le ofreció un asiento tan pronto recibió el encargo del programa de Ford para el Mundial de Rallies. El círculo se cierra en el Dakar. Nani Roma había empezado antes el trabajo de desarrollo del Raptor.
Un camino distinto
“El Raptor nació bien y desde el primer momento ves que hay potencial, se vio rápidamente que no había nada que estuviese mal hecho de diseño o que estructuralmente tuviese una limitación”, explicaba Carlos Sainz antes de comenzar el Rallye de Marruecos. Insatisfecho crónico ante cualquier máquina de competición, el primer diagnóstico de Sainz ha dado esperanzas en el seno del programa.
Dotado de un musculoso motor V8 adaptado (por ejemplo, los escapes) a las necesidades del Dakar, con un chasis tubular rodeado de carrocería de fibra de carbono, Ford ha optado por una singular vía con uno de los elementos clave en este tipo de vehículos: las suspensiones. Un complejo sistema diseñado específicamente por Fox para el proyecto, que se aleja de sus directos rivales, como explicaba el propio Sainz en la antesala del Rallye de Marruecos, donde competía, mientras que Nani Roma lo había hecho previamente en el Rallie de Hungría.
“Es un proyecto valiente en dos aspectos: uno, que nos hemos desmarcado de la competencia en cuanto a las suspensiones, pues todo el mundo va con Reiger y nosotros hemos decidido ir con Fox, la primera vez que va a estar en un equipo oficial en el Dakar, lo que puede ser un factor importante y determinante” explicaba el madrileño.
“Y dos, que también está por ver si es la buena decisión, es el motor, pues toda la competencia va con un motor turbo y nosotros hemos decidido ir con un V8 atmosférico. La decisión sobre el motor es de Ford, porque piensa que puede ser más interesante, aunque teóricamente no debería de haber diferencias, salvo saber quién consume más o menos, lo que te da una diferencia de peso”, explicaba el madrileño sobre el primer apartado.
“Luego sobre las suspensiones, es una decisión que tomamos conjuntamente todos. Fox tiene una relación muy potente con Ford en EEUU. De hecho, los coches de serie van con esa marca. Tiene un equipo fuerte de competición y una historia en Estados Unidos importante. Van a ser los dos elementos que nos hagan diferentes al resto. Obviamente, el coche en sí es distinto, pero esos dos componentes son los más diferentes”.
Dacia, juventud y experiencia
Con Ford debuta otra marca, Dacia, de imagen aparentemente lejana a la idiosincrasia del Dakar. Con un concepto técnico capaz de soportar la dureza del Dakar, primando el mensaje de la fiabilidad, y cercano al perfil de sus clientes y sus SUV de calle. Nada de sofisticadas tecnologías eléctricas, aunque sí la concesión a los combustibles sintéticos.
Bajo su piel y la de su nuevo vehículo, el Sandrider, late la experiencia y tecnología del Hunter de Prodrive, con presencia dakariana desde hace varios años. A ella se une Alpine Racing, la división deportiva del Grupo Renault. Presentando en enero y tras un amplio programa de pruebas, el Sandrider también debuta en Marruecos.
“No tenemos ninguno de los problemas que había en el coche de Prodrive (Hunter) porque es construido completamente desde cero por los ingenieros de Dacia y Alpine Racing”, explicaba la responsable del proyecto de la firma rumana, Tipanie Isnard. “Es un coche totalmente nuevo, completamente diferente, con una nueva filosofía. Aprovecharemos la experiencia y las lecciones aprendidas del programa BRX, pero no esperamos los mismos problemas que tuvieron ellos”.
Por ejemplo, la propensión a los pinchazos por culpa de los sistemas de escape, o unas suspensiones no suficientemente robustas. Respecto al Hunter que le da base, en el Sandrider se ha modificado la caja de cambios, el sistema de frenada, los dos ejes han sido reforzados, modificado el reparto de pesos del coche y así como múltiples detalles que marcan las diferencias sobre el terreno.
Combustible sintético
A diferencia de Ford, Dacia ha elegido un propulsor bien conocido de la casa, un doble turbo V6 de tres litros, que ha sido adaptado para el combustible sintético que desarrolla Aramco, la petrolera saudí, y que logra- se defiende- las misma prestaciones y rendimiento que el combustible fósil tradicional.
“Toyota no es nuevo, Mini no es nuevo, aunque sí el motor. Dacia es nuevo, pero si te fijas bien, hay muchas piezas que vienen del Hunter”, matizaba un puntilloso Sainz antes de arrancar en Marruecos. “Lo mismo que si Ford hace una evolución de este coche el año que viene, no será un coche nuevo. Lo cierto es que el único que verdaderamente es nuevo al cien por cien este año es Ford”.
En el terreno deportivo, tanto Ford como Dacia han captado a los mejores. Con excepcional protagonismo español en ambos proyectos. A Carlos Sainz y Nani Roma se une desde Audi Mattias Ekstron. Por el contra, Dacia cuenta con Sebastian Loeb y Nasser Al Attiyah, a quien se une la española Cristina Gutíerrez. Tres de seis ¿Se puede pedir más?