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Primera prueba del Mazda CX-80, un SUV que apunta muy alto

Cuando Mazda presentó el CX-60, ya se anunció la futura llegada de un modelo con tres filas de asientos, cuyo nombre sería CX-80. Pues bien, ahora ya se encuentra entre nosotros el primer modelo de siete plazas que comercializa la firma japonesa en nuestro país desde que, en 2016, se retiraron de la oferta el Mazda 5, un monovolumen, y el CX-9, un SUV del que apenas llegaron un centenar de unidades en España.

Grosso modo, el CX-80 no es más que un CX-60 con mucha más distancia entre ejes (25 centímetros más) que permite tanto ganar espacio para las piernas en las plazas traseras e instalar dos asientos adicionales en el maletero. Estos son utilizables por adultos, aunque hay poca altura y espacio para las piernas y se requiere cierta agilidad para acceder a ellos; es decir, lo habitual en este tipo de vehículos. También es posible elegir una configuración de seis asientos con dos asientos independientes en la segunda fila, que incluso pueden contar con ventilación integrada, un elemento propio del segmento premium.

Sea cual sea la configuración, la segunda fila de asientos cuenta con regulación longitudinal, lo que permite adaptar la capacidad del maletero en función de las necesidades. Con todos los asientos en uso hay espacio para llevar un par de maletas tipo trolley, e incluso alguna bolsa flexible encima. En configuración de cinco plazas, con la segunda fila adelantada al máximo (se reduce el espacio para las piernas, aunque no quedan anuladas) se alcanzan los 687 litros. Con esta fila en su posición más retrasada, tiene 566 litros, prácticamente lo mismo que el CX-60 (570 litros).

Mazda CX-80 (17)

El Mazda CX-80 tiene más diferencias respecto al CX-60

Con los 25 centímetros extra de longitud, el CX-80 no llega por milímetros a los 5 metros, un detalle a tener en cuenta para quien cuente con una plaza de garaje comunitaria. No obstante, el aspecto más a tener en cuenta es que el CX-80 necesita más espacio para girar, lo que puede ser un problema en lugares de difícil acceso. Aun con todo, el radio de giro es de 5,8 metros, apenas 0,4 metros más que el CX-60, una diferencia muy pequeña.

Este incremento de la longitud, unido a un mayor peso (unos 200 kilogramos, que es mucho) ha provocado que los ingenieros de la marca japonesa hayan realizado ajustes en la dirección y la suspensión. En este sentido, la propia configuración del habitáculo, con los asientos traseras más alejados de las ruedas, ya se traduce en más confort para los ocupantes. En concreto, en la suspensión delantera hay modificaciones en la geometría para que sea menos sensible a los movimientos de la dirección, mientras que detrás se ha eliminado la barra estabilizadora, además de incorporar unos muelles más blandos.

Respecto a la oferta mecánica, todos los CX-80 cuentan con tracción a las cuatro ruedas, por lo que no se ofrece la versión diésel de 200 CV disponible en el CX-60. De este modo, es posible elegir entre el diésel 3.3 de seis cilindros en línea y 254 CV de potencia, o bien por el híbrido enchufable de 327 CV que combina un bloque de gasolina 2.5 de cuatro cilindros con una unidad eléctrica y una batería de 17,8 kWh. La autonomía eléctrica homologada se establece en 60 kilómetros. En ambos casos, la caja de cambios es automática de ocho relaciones.

Mazda CX-80 (2)

Estas son nuestras sensaciones a los mandos del Mazda CX-80

Lo primero que llama la atención al ponerse al volante del Mazda CX-80 es la calidad de sus acabados, que no tiene nada que envidiar a la de sus rivales Premium como el Audi Q7, el BMW X5 o el Volvo XC90. El segundo aspecto es que la pantalla central únicamente es táctil cuando el coche está parado; en marcha se maneja mediante un selector giratorio ubicado entre los asientos. Una decisión que aplaudimos, junto con el hecho de que se mantengan muchos mandos físicos para las diferentes versiones.

También es destacable el buen rendimiento de la mecánica diésel de 3.3 litros y seis cilindros, que no sobresale por potencia o prestaciones aunque a cambio resulta extremadamente eficiente. En un recorrido que ha combinado autopista y carreteras nacionales, en ambos casos sin grandes desniveles, hemos obtenido una media de 5,7 litros cada 100 kilómetros, un dato extraordinario. De hecho, si el coche se va a utilizar fundamentalmente para viajes en carretera, nos parece mucha mejor opción que el híbrido enchufable, al que se saca partido en conducción urbana. Ambas versiones tienen un precio prácticamente idéntico, de modo que la decisión deberá depender del tipo de uso.

Desde el punto de vista dinámico, apenas se aprecian las diferencias respecto al CX-60, al menos en el caso del recorrido que hemos podido realizar. Es un coche muy confortable y bien aislado del exterior, aunque no tanto como un Audi Q7 o un Volvo XC90.

Mazda CX 80 4 Motor16

Estos son los precios del Mazda CX-80

En cuanto al aspecto económico, como hemos comentado con anterioridad ambas mecánicas se ofrecen a un precio prácticamente idéntico (el diésel es unos 200 euros más barato), mientras que respecto al CX-60 es sobreprecio es de aproximadamente 2.000 euros. Hay tres niveles de equipamiento: Exclusive Line, Homura y Takumi, a los que se pueden añadir diversos paquetes de equipamiento. En todos los casos, las llantas de serie son de 20 pulgadas, aunque con un diseño diferenciado: metálicas de 10 radios en el Exclusive Line, negras en el Homura y bicolor en el Takumi.

El precio del CX-80 más asequible, correspondiente al 2.5 PHEV Exclusive Line, es de 60.444 euros, si bien la marca ofrece un descuento directo de 3.900 euros para toda la gama, que deja la tarifa de entrada en 56.544 euros. Si se financia a través de la marca se obtienen 1.500 euros de descuento adicionales, y los clientes que sean propietarios de otro Mazda se pueden beneficiar de otros 700 euros de rebaja.