comscore

El negocio de las matrículas personalizadas entrega más de 80 millones de euros en países de Europa

El negocio de las matrículas personalizadas ha demostrado ser una fuente de ingresos significativa en varios países europeos, despertando el interés de muchos conductores que buscan añadir un toque único a sus vehículos. Un estudio realizado por Samar’t, uno de los principales fabricantes de matrículas, revela que más del 50% de los conductores españoles estarían interesados en personalizar las placas de sus coches si la normativa lo permitiera. Este dato plantea una pregunta interesante: ¿cuánto podría recaudar España si implementara un sistema de matrículas personalizadas?

Actualmente, el Reglamento General de Vehículos (RGC) en España impone restricciones sobre cómo deben ser las matrículas. Aunque permite ciertas modificaciones, estas son mínimas y deben ajustarse a la normativa. Según el anexo XVIII del reglamento, se autoriza la inclusión de diseños geométricos sin significado reconocible, siempre y cuando no afecten a la retrorreflexión y legibilidad de la placa, requisitos indispensables para el correcto funcionamiento de los sistemas de control de tráfico. Además, los bordes publicitarios son permitidos, y los propietarios de vehículos pueden elegir entre matrículas de metal o metacrilato, siempre respetando las especificaciones técnicas.

El monto que recaudaron otros países de Europa con las matriculas personalizadas

El monto que recaudaron otros países de Europa con las matriculas personalizadas

La posibilidad de introducir patentes completamente personalizadas en España, siguiendo los modelos de países como Bélgica y el Reino Unido, podría convertirse en un negocio lucrativo para el gobierno. En Bélgica, donde las placas personalizadas son legales desde 2014, se han emitido más de 82.000 ediciones especiales en una década, lo que ha generado más de 83 millones de euros en ingresos. Solo en 2023, se emitieron 13.280 registros personalizados, una tendencia que continúa al alza. Con una proporción de 506 coches por cada 1.000 habitantes, Bélgica ha encontrado en este sistema una forma eficaz de incrementar los ingresos públicos.

El Reino Unido, por su parte, es pionero en la personalización de matrículas, con una tradición de más de 30 años en este negocio. Desde que se legalizó en 1989, se han vendido 5,9 millones de combinaciones personalizadas, aportando un total de 1.950 millones de libras (aproximadamente 2.340 millones de euros) a las arcas públicas británicas. Las placas más económicas parten de 250 libras (alrededor de 300 euros), pero en ocasiones el precio puede dispararse en subastas. Un ejemplo es la matrícula «25 O», por la que un comprador pagó la asombrosa cifra de 400.000 libras (unos 480.000 euros) en 2014.

Cuánto le podría ingresar a España si aprueba las matrículas personalizadas

Cuánto le podría ingresar a España si aprueba las matrículas personalizadas

España, con una proporción de 541 coches por cada 1.000 habitantes, muy similar a la del Reino Unido, tiene un potencial significativo para aprovechar el mercado de matrículas personalizadas. Si el gobierno español considerara la posibilidad de flexibilizar las restricciones y permitir que los conductores elijan combinaciones de números y letras, el impacto económico podría ser considerable. Tal como ocurre en Bélgica y el Reino Unido, el sistema requeriría ciertas limitaciones, como prohibir combinaciones ofensivas o que inciten al odio, además de establecer un número máximo de caracteres para evitar problemas con la legibilidad y los controles de tráfico.

El atractivo de las placas personalizadas radica en el deseo de los conductores de expresar su individualidad, y en países donde ya se ha implementado, ha demostrado ser un negocio rentable tanto para el gobierno como para los ciudadanos. En el caso de España, una iniciativa de este tipo no solo permitiría satisfacer la demanda de personalización de más de la mitad de los conductores, sino que también podría generar una fuente adicional de ingresos en tiempos de necesidad económica. Con ejemplos claros de éxito en Europa, es posible que el negocio de las ediciones personalizadas se convierta en una realidad rentable también en el país.