La Unión Europea comenzará a aplicar definitivamente los aranceles al coche eléctrico chino durante un periodo de cinco años. La decisión final de Bruselas llega después de meses de conversaciones en los que se ha tratado de encontrar una solución dialogada a la resolución que impondrá tasas de hasta el 35,3% a los coches procedentes del país asiático.
En concreto, Bruselas impondrá el arancel más alto –del 35,3%– al fabricante chino de coches SAIC (MG y Maxus, entre otras marcas), del 18,8% a Geely y del 17% a BYD. La medida también afectará a las compañías occidentales que producen coches eléctricos en China, como el caso de Tesla, a quien se aplicará una tasa del 7,8% (frente al 9% inicialmente previsto). Además, se impondrá un 20,7% al resto de empresas que hayan cooperado en la investigación.
Según un estudio realizado en 28 mercados por la consultora especializada en automóvil Jato Dynamics, dos de cada cinco de los coches eléctricos más vendidos en Europa han sido fabricados en el país asiático. Modelos que cuentan con ayudas del Estado, lo que en Europa consideran una distorsión del mercado.
Esta medida de la Comisión Europea, que entra en vigor tras su publicación en el Diario Oficial de la UE, viene a confirmar precisamente eso, que las importaciones subvencionadas procedentes de China causan un perjuicio importante a la industria de la Unión, y en este sentido se imponen los aranceles para lograr una competencia leal.
Las tasas a los coches eléctricos chinos se elevarán un 45,3%
La UE da este paso después de que la votación de los Veintisiete sobre la imposición de aranceles a los coches eléctricos tuviera el apoyo de países como Francia, Italia o Países Bajos. Entre los que votaron en contra se encontraban Alemania o Hungría, mientras que hubo 11 abstenciones, entre ellas la de España.
Ahora que ya se ha dado luz verde a esta medida, las nuevas tasas se suman al 10% que ya aplica la UE a las importaciones de coches y, por tanto, elevarán los gravámenes hasta a un 45,3% para algunos de los fabricantes.
La Unión Europea se ha comprometido a seguir manteniendo conversaciones sobre la aplicación de estos aranceles. «Acogemos con satisfacción la competencia, pero debe estar respaldada por la igualdad de condiciones. Al adoptar esta medida estamos defendiendo unas prácticas de mercado justas«, señaló el vicepresidente de la Comisión Valdis Dombrovskis. «La Comisión también sigue abierta a negociar compromisos de precios con exportadores individuales, como permiten las normas de la UE y de la Organización Mundial del Comercio, OMC», ha añadido el Ejecutivo de la UE en un comunicado.
La respuesta de China
China ha mostrado de nuevo su disconformidad con la decisión de la Unión Europea y en un comunicado recordaba que seguirá tomando «las medidas necesarias para proteger los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas». El país ha reiterado también que, aunque ha presentado un recurso ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), el organismo mediador en la resolución de disputas, tiene la voluntad de seguir negociando para alcanzar «una solución aceptable» para las partes lo antes posible.
Todo ello, en un marco en que la tensión comercial con China ha aumentado después de las investigaciones que ha abierto China contra las importaciones de brandy (se han anunciado aranceles provisionales que afectan sobre todo a Francia), la carne de cerdo o los lácteos en respuesta a los aranceles a los coches eléctricos. Estas importaciones representarían para España una factura de casi 1.900 millones de euros en el caso de la carne de cerdo y de 91 millones en el de los lácteos.
Además, desde Pekín, se ha pedido a los fabricantes locales de coches que frenen su expansión en la Unión Europea, lo que podría interrumpir los proyectos de instalación de fábricas de empresas chinas en el territorio de la UE.
De hecho, el gigante automovilístico chino Dongfeng podría estar pensando paralizar sus intenciones de instalar una nueva fábrica en Italia y Chery, en España, ha retrasado hasta 2025 la intención de comenzar a fabricar coches eléctricos en la planta de Ebro en Barcelona. El que sí sigue adelante con sus planes de construir una planta de fabricación en Hunbría es BYD y está valorando la construcción de otra en Turquía.