Las gasolinas low cost han sido objeto de rumores y desconfianza debido a antiguos escándalos sobre prácticas fraudulentas. Sin embargo, hoy en día, las normativas son estrictas y los controles de calidad mucho más exhaustivos, lo que hace que sea casi imposible que un surtidor sirva menos gasolina de la que marca. A diferencia de décadas pasadas, actualmente todas las estaciones de servicio, incluyendo las de bajo costo, están obligadas a cumplir con rigurosos controles que buscan garantizar la exactitud en la cantidad de combustible dispensado y en la pureza del mismo.
1La diferencia está en los aditivos, no en la gasolina.
En España, todos los operadores de combustible reciben el producto de los mismos depósitos nacionales. La diferencia que podemos encontrar en la calidad de la gasolina entre una estación de bajo costo y una prima radica principalmente en los aditivos añadidos. Las marcas premium, como Repsol o BP, incluyen aditivos anticorrosivos o detergentes que buscan mejorar la durabilidad del motor y proteger sus componentes internos, pero la mejora en el rendimiento es mínima. La gasolina low cost, aunque sin estos aditivos, es completamente segura y cumple con los estándares necesarios para evitar daños en el vehículo.