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Kamala o Trump: el que gane «perderá» su licencia de conducir por esto

Este martes, los ciudadanos de Estados Unidos acudirán a las urnas para decidir quién será el próximo presidente: Kamala Harris o Donald Trump. Sin embargo, independientemente de quién gane, hay un hecho curioso e inevitable que deberán enfrentar al asumir el cargo: la «pérdida» de su licencia de conducir. Y es que, según las estrictas normas del Servicio Secreto de los Estados Unidos, el presidente de la nación está prohibido de ponerse al volante, tanto durante su mandato como después de este.

La razón detrás de esta regla es simple: seguridad. Quien ocupa la presidencia de Estados Unidos se convierte en una de las personas más protegidas y vigiladas del mundo, y conducir un automóvil presenta un riesgo que el Servicio Secreto no está dispuesto a asumir. Solo se les permite ser pasajeros, mientras que el volante es manejado por agentes capacitados en técnicas de manejo evasivo y protección. Esta es la razón por la que no hemos visto a presidentes recientes como Donald Trump, Joe Biden, Barack Obama, George W. Bush o Bill Clinton conducir vehículos por las calles.

El antecedente por el que Kamala o Trump no podrán tener licencia de conducir si ganan las elecciones

El antecedente por el que Kamala o Trump no podrán tener licencia de conducir si ganan las elecciones

La restricción, que también aplica a los vicepresidentes, es una extensión de las medidas de seguridad que se implementaron tras el asesinato de John F. Kennedy en 1963. Lyndon B. Johnson, su sucesor, fue el último presidente que condujo un automóvil por la vía pública, en 1964, poco antes de que el Servicio Secreto adoptara esta norma. Aunque no se trata de una ley formal, la «norma» del Servicio Secreto se cumple con una rigurosidad inquebrantable, y todos los presidentes y vicepresidentes han acatado esta regla desde entonces.

Según la Ley de Expresidentes de 1958, los exmandatarios, como el caso de Trump, tienen derecho a protección de por vida proporcionada por el Servicio Secreto. En consecuencia, la prohibición de conducir se extiende también a los expresidentes, para quienes la norma se mantiene vigente por el resto de sus vidas. Para los vicepresidentes, la restricción es temporal y se levanta seis meses después de la finalización de su mandato. Por lo tanto, si Kamala Harris, como vicepresidenta, se convirtiera en presidenta, vería extendida esta limitación de forma indefinida.

¿Kamala o Trump pueden romper la norma impuesta por el Servicio Secreto?

¿Kamala y Trump pueden romper la norma impuesta por el Servicio Secreto?

A pesar de lo estricta que es esta norma, existe una salvedad interesante: los presidentes y vicepresidentes pueden solicitar un permiso especial para conducir en ciertas circunstancias, generalmente en propiedades privadas. Esto ha permitido que figuras como Joe Biden se pusieran al volante de su querido Chevrolet Corvette Stingray de 1967 en el programa de Jay Leno, o que George W. Bush condujera su Ford F-250 Super Duty en su rancho de Texas. Incluso Ronald Reagan aprovechó esta excepción para manejar un Jeep Scrambler en su propiedad.

Así que, mientras el mundo pone su atención en las promesas de campaña, las políticas y las estrategias de cada candidato, hay un detalle curioso pero significativo que probablemente no esté en la mente de los votantes: gane quien gane entre Kamala Harris y Donald Trump, ambos deberán despedirse de la libertad de conducir. Es un recordatorio peculiar de que la presidencia no solo conlleva poder y responsabilidad, sino también sacrificios personales que pueden parecer triviales, pero que ilustran la magnitud del compromiso y la seguridad que el cargo exige.