Ford ha llegado a un acuerdo para pagar una importante multa de 165 millones de dólares (aproximadamente 156 millones de euros) por incumplir la ley federal de retirada de vehículos, según ha informado la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA). Este acuerdo resalta la responsabilidad de los fabricantes de automóviles en garantizar la seguridad de los conductores y el cumplimiento de las normativas vigentes.
La sanción más elevada desde el caso Takata
La penalización a Ford se convierte en la segunda mayor sanción impuesta jamás por la NHTSA, reflejando la gravedad de las acusaciones. La agencia ha señalado que el fabricante de automóviles de Detroit no retiró varios vehículos con cámaras traseras defectuosas, además de no proporcionar información precisa y completa sobre el proceso de retirada de los vehículos potencialmente peligrosos de las carreteras.
Importancia del cumplimiento de las normativas de seguridad
Es crucial que los fabricantes prioricen la seguridad de los usuarios. La administración adjunta de la NHTSA, Sophie Shulman, dejó claro que «cuando los fabricantes no priorizan la seguridad del público estadounidense y no cumplen con sus obligaciones según la ley federal, la NHTSA los hará responsables». Esta declaración subraya la importancia de mantener altos estándares de seguridad en la industria automotriz.
Desglose del acuerdo: ¿Cómo se utilizará la multa?
De acuerdo con lo establecido en el acuerdo, Ford abonará inmediatamente un primer pago de 65 millones de dólares (61,48 millones de euros). El resto de la sanción se dividirá en los siguientes montos:
- 55 millones de dólares (52,02 millones de euros) quedarán aplazados, condicionado a que Ford cumpla con sus obligaciones de retirada.
- Los 45 millones de dólares (42,56 millones de euros) restantes se destinarán a «implantar mejoras» en los procesos de seguridad y en campañas de información acerca de los defectos en sus vehículos.
Inversiones en seguridad y cumplimiento normativo
Ford ha manifestado su compromiso a desarrollar e implementar una infraestructura de análisis de datos de seguridad, así como una plataforma de documentos e información cifrados. Estas inversiones buscan asegurar el cumplimiento de las ordenanzas federales en los próximos años. La creación de estos sistemas es una indicación del enfoque proactivo de Ford para intentar remediar los problemas que llevaron a esta penalización.
Revisión de retiradas pasadas y futuras auditorías
Además de la multa económica, la NHTSA ha decidido que Ford debe revisar todas las retiradas realizadas en los últimos tres años para asegurarse de que sean exhaustivas. Si se determina que alguna retirada no fue adecuada, Ford podría estar obligado a emitir nuevas órdenes de retirada. Este proceso de revisión es fundamental para reforzar la transparencia y la responsabilidad de los fabricantes de automóviles.
Supervisión trimestral y mejoramiento continuo
Como parte del acuerdo, Ford se verá obligada a reunirse trimestralmente con los funcionarios de la NHTSA para evaluar la implementación de las políticas de seguridad acordadas. Estas sesiones de evaluación no solo ayudarán a garantizar que las medidas se adopten correctamente, sino que también son un paso hacia un enfoque más colaborativo entre la automovilística y las autoridades.
Compromiso de Ford con la mejora continua
En un comunicado, Ford aseguró que «ya se están llevando a cabo amplias mejoras y se prevén más, como análisis de datos avanzados, una nueva instalación de pruebas interna, entre otras funcionalidades». Esta declaración refuerza la idea de que la compañía está tomando en serio su responsabilidad no solo ante la NHTSA, sino también ante sus consumidores.
La historia de las sanciones en la industria automotriz
La multa impuesta a Ford es la más alta a la que se haya enfrentado un fabricante desde que la NHTSA ordenó a Takata en 2015 pagar hasta 200 millones de dólares (189,16 millones de euros) por su crisis de airbags defectuosos en vehículos estadounidenses. Este precedente pone de manifiesto que la NHTSA está dispuesta a emitir sanciones severas en casos de negligencia que pongan en riesgo la seguridad de los ciudadanos.