En 2012, durante las icónicas 24 Horas de Le Mans, un monoplaza experimental llamado DeltaWing captó la atención del mundo automovilístico, no solo por su diseño futurista, sino por el corazón que lo impulsaba: un motor tricilíndrico de Nissan que, con apenas 40 kilos de peso, generaba la impresionante cifra de 400 caballos de fuerza.
Este pequeño gigante, apodado «Diglett» por su tamaño compacto, era una creación extraordinaria del Grupo RML bajo la dirección de la marca japonesa, y su relación peso-potencia lo colocaba en un nivel comparable al de los motores de Fórmula 1 de su época. Esta idea terminó siendo una innovación impresionante para la ingeniería automotriz.
Más detalles del ligero motor creador por Nissan
Diseñado con un enfoque obsesivo en la ligereza, este motor incorporaba soluciones como una tapa de válvulas de fibra de carbono y poleas más pequeñas, mientras que su culata y bloque de motor se fundieron como una sola unidad para ahorrar peso. Gracias a estos avances, el motor no solo era liviano, sino también compacto, lo que lo hacía ideal para un vehículo con las características innovadoras del DeltaWing.
Años después, el motor de Nissan resurgió gracias a una investigación de Drivetribe, que lo localizó en un taller británico. Aunque nunca fue adaptado para vehículos de calle, su diseño dejó una huella en la industria, sirviendo como inspiración para motores de altas prestaciones en automóviles modernos. Ejemplos de ello son los motores tricilíndricos turboalimentados de Toyota, como el que impulsa al GR Corolla y al GR Yaris, reconocidos por su potencia y eficiencia.
Nissan fue un precursor en el mundo de los motores
El legado del «Diglett» no radica únicamente en su impresionante rendimiento, sino también en su capacidad para demostrar las posibilidades de la ingeniería automotriz experimental. En una era donde los fabricantes buscan optimizar cada gramo de peso y maximizar la eficiencia energética, el motor del DeltaWing fue un precursor de estas tendencias. Si bien nunca alcanzó la producción masiva, su impacto sigue presente en la búsqueda de soluciones innovadoras para el diseño de trenes motrices.
El DeltaWing en sí mismo fue un proyecto audaz, concebido para romper paradigmas tanto en diseño como en eficiencia. Aunque su paso por las pistas fue breve, su filosofía sigue siendo un recordatorio de que las ideas más disruptivas a menudo nacen de proyectos experimentales. Hoy, esta idea de Nissan es mucho más que un motor olvidado en la historia: es un símbolo de la creatividad y la ambición que impulsan a la industria automotriz hacia el futuro.