En el mundo de los vehículos extravagantes y récords impresionantes, Simon Whitelock se ha ganado un lugar en el libro Guinness con una creación sin precedentes: una motocicleta de 48 cilindros, apodada «Tinker Toy». Este coloso mecánico, construido con dieciséis motores Kawasaki KH250, no solo representa un hito de la ingeniería, sino que también redefine lo que es posible en el diseño de motocicletas.
Con una capacidad de 4.200 cc, cada cilindro cuenta con su propio encendido y carburador, lo que complica y a la vez engrandece la obra de Whitelock. No fue concebida para alcanzar altas velocidades ni para competir con las superbikes modernas. Más bien, es un tributo a la inventiva y a la mecánica, un vehículo diseñado para asombrar a cualquiera que lo contemple. Su bastidor, creado a medida, soporta un peso de más de 1300 libras, y a pesar de sus dimensiones y complejidad, es completamente legal para circular por carretera.
Así se creó la motocicleta que ingresó al libro Guinness
Whitelock se inspiró en los motores radiales utilizados en aviones de la Segunda Guerra Mundial, un detalle que conecta a la «Tinker Toy» con una época de oro de la ingeniería. Sin embargo, esta moto va más allá de ser un homenaje histórico: incluye detalles técnicos que son un deleite para los ingenieros, como un motor de arranque de scooter de 125 cc y un depósito de combustible oculto que parece desafiar las leyes de la física.
Aunque pueda parecer más una escultura que un vehículo funcional, «Tinker Toy» fue subastada por la impresionante suma de 119.000 dólares. Este precio no solo refleja el valor de sus componentes o su peso en cifras récord, sino también el respeto y admiración que despierta entre coleccionistas y entusiastas de la mecánica. Es un recordatorio de que el verdadero valor de un vehículo no siempre reside en su velocidad o utilidad, sino en la historia y la maestría que lleva detrás.
No es solamente un récord para el Guinness
En el imaginario automovilístico, «Tinker Toy» podría ser comparada con un Ferrari F80, no por su velocidad, sino por su impacto. Ambos son símbolos de la aspiración humana de ir más allá de lo convencional y explorar los límites del diseño. Donde el deportivo italiano encarna la cumbre de los superdeportivos de cuatro ruedas, esta motocicleta de 48 cilindros lleva el ingenio mecánico a un nivel que desafía toda lógica.
Con su lugar asegurado en los anales de la historia automotriz y en el libro Guinness, la «Tinker Toy» no solo es una motocicleta; es un desafío al statu quo y una invitación a repensar lo que creemos posible. Así, Simon Whitelock ha creado algo más que un récord Guinness: un legado que inspira a los ingenieros del presente y del futuro.
